Por lo general, las óperas narran historias más o menos alejadas de la realidad de su público, tanto en lo que refiere a épocas como a geografías. A veces hasta podría parecer que en materia operística no hubiese nada fuera de Europa ni después de Puccini. Sin embargo, un compositor argentino, Sergio Parotti, acaba de presentar Tercera Locura, su tercera ópera, que aborda un tema no solo contemporáneo sino además tan local como el fútbol.
La obra —que en rigor el autor categoriza como una tragedia lírica— está inspirada en la mitología griega, más concretamente en el Áyax de Sófocles. En ambas historias la acción parte de un conflicto aparentemente sencillo. ¿Qué sucede cuando a un héroe de guerra o a un deportista famoso, lo cual al fin y al cabo es algo bastante parecido, no le es otorgado el reconocimiento que tal vez merece, que en cambio sí le es dado a un rival suyo, a un adversario, convertido de pronto en un enemigo?
Durante la Guerra de Troya, el valiente guerrero Áyax consideraba merecer el trofeo más preciado: la armadura que había usado Aquiles, el más heroico de los combatientes que habían participado en aquella legendaria contienda. Sin embargo, los reyes Menelao y Agamenón decidieron que dicha armadura le fuera entregada a otro guerrero, tan valiente como astuto: Odiseo. Esto desató la furia de Áyax quien, cegado por la ira, se dispuso a acabar con la vida de los reyes, de Odiseo… y de quien se cruzara por su camino.
Para evitar tamaño desmán, la diosa Atenea se encarga de nublar temporalmente el entendimiento de Áyax. Entonces el guerrero mata a varios animales del ganado que los troyanos habían tomado como botín, convencido de que está acabando con la vida de Menelao, Agamenón y, en especial, la de Odiseo.
Inspirado en esta historia, el dramaturgo Alejandro Zingman escribió una obra a la que tituló La tercera locura. Tomando este texto como libreto, Sergio Parotti elaboró a su vez Tercera locura, tragedia sonora Op. 37 No. 4, de la que se ofreció en calidad de estreno una selección de escenas en versión de concierto.
La acción se traslada a la época actual, en un lugar no especificado pero que perfectamente podría ser una Buenos Aires distópica. El futbolista retirado Santo Estigarribia es nuestro Áyax. Lo acompaña la pacífica y dulce Clarisa Barrios, quien ocupa el lugar de la mitológica Tecmena. Los restantes dos personajes son Victoria Barrios, hermana mayor de Clarisa, quien en el conflicto llega a enfrentarse a Santo, y finalmente el causante del conflicto: Rafael Medina, compañero de equipo de Santo, a quien le otorgan el premio que debió haber sido para el malogrado héroe.
Hay resonancias en la historia que inevitablemente conducen a pensar en la figura de Diego Maradona. En particular cuando la tercera locura a la cual alude el título (la primera locura es la furia ciega; la segunda, la contemplación del daño hecho) solapa una lucidez aparente con el avance de la autodestrucción del protagonista. También se aborda la relación del ídolo con su pueblo y su entorno íntimo, que al igual que en el Áyax de Sófocles son testigos pero también parte del trágico final.
Realizada con el apoyo de Mecenazgo Cultural de la ciudad de Buenos Aires, la obra de Parotti está escrita para cuatro cantantes y doce instrumentos. En este caso se presentó una versión reducida, narrada desde el piano por Gerardo Delgado, con Lucas Werenkraut, Silvina Suárez, Yanina Mancilla y Miguel Ángel Pérez en los papeles protagónicos. Un valioso aporte al panorama lírico argentino contemporáneo, que actualiza tópicos de la mitología clásica en función de algunos ecos que la misma sostiene en nuestra actualidad. Germán A. Serain
Fue el 16 de diciembre de 2023
Biblioteca Argentina para Ciegos
Lezica 3909, CABA
Sitio web de Sergio Parotti
Canal de YouTube de Sergio Parotti
Sergio Parotti en Bandcamp
Lucas Werenkraut y Silvina Suárez, en la escena inicial de Tercera Locura.
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