No fue perita en dulce – Actúan: Marcelo Montes De Oca, Yamila Ulanovsky – Cantantes: Ana Larreategui, Gastón Meza, Celina Torres – Coros: Silvia Asaro, Patricia Machado – Música y Dirección Musical: Santiago Chotsourian – Texto: Sara Melul – Dirección:Daniel Spinelli
Alejandra y Julio son bastante más que dos personajes: encarnan trayectorias marcadas por el dolor, la esperanza y la obstinación de quienes soñaron —y aún sueñan— con una Argentina más justa.La obra se articula a partir de su reencuentro, donde pasado y presente se entrelazan y contradicen. Mientras los personajes mayores dialogan desde la madurez, sus versiones jóvenes irrumpen en escena con la fuerza de los ideales militantes, el vértigo de la juventud y la pasión política.
Ella estuvo exiliada en México; él, en el sur de Neuquén. Desde esos recorridos distintos se reconstruyen memorias personales y colectivas en un tono íntimo, poético y testimonial. El vínculo entre ambos exhibe las heridas de los años 70 con honestidad, evitando golpes bajos, y conectando emocionalmente con el espectador. Hay un claro homenaje a los que se fueron, a los que se quedaron, y a quienes aún hoy siguen buscando.
Las actuaciones son el alma de esta propuesta. Con entrega y respeto, los intérpretes se enfrentan a sus pasados en escenas de gran humanidad, sin subrayados. La obra no impone lecturas: abre puertas a la empatía, especialmente para quienes vivieron la época, pero también para nuevas generaciones que pueden asomarse a esa historia desde una mirada sensible y sin solemnidad.
La dramaturgia se basa en hechos reales. Evoca con precisión y sin metáforas episodios emblemáticos como los tiroteos en Ezeiza durante el regreso de Perón, el Mundial ‘78, los adhesivos con la consigna “Los argentinos somos derechos y humanos”, o las primeras marchas de las Madres en Plaza de Mayo. Mención especial merece la escena con periodistas holandeses, reflejo de un país que jugaba al fútbol mientras algunos pedían por la vida de sus hijos.
El contexto feminista actual aparece en contrapunto con las experiencias de mujeres militantes de los años 70, quienes, aún en la clandestinidad, comenzaron a desafiar estereotipos. Alejandra y Julio protagonizan una discusión que no sólo refleja tensiones políticas, sino también afectivas.
La música que interpreta en vivo el compositor al piano aporta un marco emotivo e inteligente. Desde una canción de la Guerra Civil Española, pasando por tangos y formas académicas, Santiago Chotsourian sostiene la tensión con justeza. La puesta es austera y funcional, apoyada en objetos cotidianos y una iluminación sutil. La sala pequeña favorece la intimidad y la intensidad emocional.
No fue perita en dulce no es ficción: es testimonio. Propone una lección de historia sin exámenes, donde todos podemos reconocer a un Julio o una Alejandra en nuestro entorno. La dirección evita el panfleto, sin renunciar a la contradicción. El resultado es una propuesta honesta y conmovedora, que interpela sin estridencias. Ignacio Vijnovich
Se dio hasta 16 de agosto de 2025
Tadron Teatro
Niceto Vega 4802 – CABA
(011) 4777-7976
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