Por lo general uno concurre “a ver” un espectáculo, metáfora que no contempla el hecho de que hay quienes no poseen la capacidad de ver, aunque sí de apreciar. Y por supuesto, también de expresar. Entre los asistentes a este espectáculo hay varios invidentes. Como también los hay sobre el escenario, integrantes del Coro Polifónico Nacional de Ciegos, dirigido por Osvaldo Manzanelli. Presencia adecuada y significativa, siendo que Oidípou, de Santiago Chotsourian, trata sobre Edipo, aquel que se arrancó los ojos al comprender que había asesinado a su padre y cometido incesto con su amante madre.
Durante el tiempo de ingresar a la sala, suena un continuo hecho de susurros y palabras sueltas, entonadas como un mantra. Hay un tacho lleno de bolas de papel, y cada espectador es invitado a tomar una. El sentido de este papel aparecerá al desplegar la hoja, que ya no dejará de ser, sin embargo, una hoja arrugada, como las palabras que contiene, como un símbolo. De hecho todo parece ser símbolo en este espectáculo, un palimpsesto postmoderno, con rumores, disonancias, y palabras que esconden su significado al mismo tiempo que lo sugieren, en medio de un mar sonoro en constante evolución. El programa explica que se trata de una “Composición de lenguajes y laboratorio coral”.
Suenan palabras sueltas de un poema de Paul Valery, que no llega a comprenderse. “Algo terrible está por suceder”, clama una voz. “¿Cuál es tu temor, cuál tu deseo?…” pregunta el coro. Todo es símbolo. Aquellos que no ven tienen de todas maneras sus voces, y las ponen en juego. Estas voces no siempre se comprenden, pero de todos modos se hacen escuchar. Y también están los que sí ven, los integrantes del Grupo Erlebnis y -entre ellos- Santiago Chotsourian, sentado al piano, uno más entre todos, uno más entre los ciegos. Es que ver o no ver ya no es una cuestión que se vincule únicamente con el sentido de la vista.
Los ritmos se suceden, se interpenetran, lo mismo que las citas, algunas más reconocibles que otras, las palabras, convertidas en sonido, que se convierten a su vez en juego. “Play the music…” La frase cobra aquí significado en el doble sentido de su expresión. Porque lo usual es que a la palabra se le exija que diga algo fijo, algo estable, pautado de una vez y para siempre, pero jamás sucede así. Como decía el pensador griego Cornelius Castoriadis: el sentido de la palabra se da siempre en medio de un contexto que es como un magma, como la piedra volcánica que ha dejado de ser sólida y se desliza cuesta abajo a la manera de un fluido. Así parece entenderlo Chotsourian, que hace que lo relevante de su trabajo se mezcle con lo aparentemente irrelevante, resignificando todo, exactamente del mismo modo en que ocurre en el mundo real, donde también el sentido es siempre variable, anclado a contextos, inasible en cuanto se pretende hallarlo en un estado puro, inmodificable. Eso no existe.
El coro de ciegos sigue cantando: “Cuando la mentira es la verdad”, es lo que dicen ahora; pero a quien conoce la canción original del grupo Divididos le queda latiendo la frase no dicha, inmediatamente anterior a la que de hecho se escucha: “¿Qué ves cuando me ves?” Un potente seguidor recorre los rostros de los ciegos, que no pueden ver esa luz que los ilumina. Todo es símbolo, ya lo hemos dicho. Y aquí está también el tema de las identidades: Edipo en definitiva no sabía quién era…. No sabía que era el hijo de su amada esposa Yocasta y el asesino de su padre. Pero ¿acaso nosotros sabemos quiénes somos? ¿Hay tanta diferencia entre él y cada uno de los espectadores o los protagonistas de este Edipo deconstruido?
Consideremos que al final de su epopeya Oidípou (Edipo) queda ciego, por culpa de su propia mano. Es una manera simbólica de negarse a ver lo que se ha hecho. Es una reacción ante la culpa. ¿Qué culpa tienen los ciegos que cantan? ¿Qué disculpa los que cantan y ven? Todos somos culpables de alguna cosa. Todos somos inocentes, también. Todos estamos ciegos ante algunas realidades, que no podemos o no queremos ver. Pero eso no nos impide expresarnos. Y entonces adviene el arte. Germán A. Serain
Oidípou, de Santiago Chotsourian
se dio hasta fin de junio 2014
Teatro Margarita Xirgu
Chacabuco 875 – Cap.
(011) 4307-0066
Edipo en Wikipedia
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