LO SUTIL DEL DESAMOR, la trama y su revés

Otra buena propuesta del Cervantes para ver teatro gratis y en línea

Lo sutil del desamorActúan: Héctor Díaz, Malena Figó, María Marull, Marcelo Subiotto – Música original en escena: Fernando Albinarrate – Iluminación: Adrián Grimozzi – Vestuario: Jam Monti – Escenografía: Darío Feal – Dramaturgia: Anahí Ribeiro – Dirección: Paula Marull

Dos creadores. Dos dramaturgos, en realidad. Pero nos gustan las implicaciones secundarias que supone el referirnos al acto de crear. De crear una historia, para explorar luego sus límites, y en particular la distancia que media -o se disuelve- entre la ficción y la realidad. Veremos la trama en el momento mismo de su confección. El tejido y su revés.

Dos creadores se reúnen para trabajar un nuevo texto juntos. Ella acaba de mudarse. No es la primera vez que trabajan en equipo y de inmediato se nota una tensión entre ambos. También se abren dos ejes de interlocución: entre los personajes y de los personajes hacia el público, rompiendo la cuarta pared, incluso cuando la ficción subsista.

Dos dramaturgos se juntan para escribir un texto nuevo. Algunas pautas ya han sido fijadas: será un texto con dos personajes, no muy extenso ni complejo, para que ni el crítico ni el público se aburran. Sin melodrama ni sutilezas. Un texto de amor, por cierto. O de desamor, que es más o menos lo mismo. Porque con el amor, hay veces que las cosas no cierran desde el vamos.

Será pues la historia de dos almas dolidas. O desencontradas. Y tenemos ya en escena a los dos personajes, creados a su vez por los personajes-autores. Las escenas de ambas ficciones se superponen, y también se confunden sus protagonistas. En un agradable tono de comedia marcado por Paula Marull, la obra nos lleva a revisar qué dice el discurso de la ficción respecto del creador de la misma. Qué tanto del dramaturgo hay en sus personajes. Cómo es el desarrollo de la actividad autoral, y cómo la subjetividad se torna autorreferencial.

Con muy buenas actuaciones de Héctor Díaz, Malena Figó, María Marull y Marcelo Subiotto, una escenografía prácticamente inexistente que sin embargo es eficiente para marcar el espacio donde suceden ambas ficciones y música en vivo a cargo de Fernando Abinarrete, la obra es otro excelente producto surgido a partir del concurso Nuestro Teatro, impulsado por el Teatro Nacional Cervantes con la finalidad de estimular al autor teatral argentino y al mismo tiempo generar contenidos durante el aislamiento decretado por la pandemia. 

Filmada en la sala María Guerrero del Teatro Cervantes, sin público y bajo un protocolo sanitario elaborado por la institución, la obra escrita por Anahí Ribeiro asegura que el desamor no tiene sutilezas. Que es una serie de golpes y baldazos de agua fría que no dan tiempo a recuperarse. No sabemos si esto es lo que la autora decidió hacerles decir a los personajes, o si acaso lo estará diciendo ella misma, o si ambas cosas sean ciertas. Tal vez no haya diferencia.

En cualquier caso es verdad lo que declara la obra, que el desamor y el consecuente derrumbe, el padecimiento, la pérdida, siempre son cuestiones que se sufren de a dos. O de a cuatro, si se cuentan como si de verdad fuesen algo aparte los personajes que cada uno construye. La buena noticia es que hay formas sutiles de salir de allí. Sólo hay que confiar, y dejar que las cosas sucedan. Germán A. Serain

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