La vida no viene sola es el espectáculo que la artista franco-israelí Alex Pandev trae al verano porteño. En él nos muestra una personalidad desenfrenada, con un humor ácido que no tiene límites.
Por sus venas corre sangre rusa, macedonia, búlgara, alemana y tártara, aunque su espíritu es francés; su identidad, judía; y su corazón, porteño. En París, Alex Pandev montó 5 obras de teatro, todas con gran repercusión. Una de las que mayor éxito conoció fue Le cri de la fourrure, un unipersonal escrito y protagonizado por ella misma.
Su primer disco (2014) grabado en francés lleva el título de L’ Amour Amour. En Argentina, grabó en 2017 el disco Mersi, su primer álbum en español (y algo de francés) con canciones propias y covers, que van del tango al jazz y a la chanson francesa.
La vida no viene sola es un punzante retrato de los conflictivos vínculos entre hombres y mujeres de hoy. En la crueldad de sus chistes anida la verdad de las relaciones humanas en la época actual. La interpretación de Alex Pandev nos hace reír y reflexionar. La actriz y cantante cuestiona el abecé de las relaciones heterosexuales y la utopía de las aplicaciones de citas. Sus comentarios son ardientes. Sus ideas, osadas. Su canto seduce al espectador con clásicos francesesa. Con histrionismo y oficio, Alex construye su espectáculo a partir de una dramaturgia propia; en este caso cuenta con la mirada de Lía Jelín.
¿Cómo es tu vida en Francia?
No tan diferente de la vida que tengo acá. Solamente es otro mundo. Con una vida de una artista fashionista, muy parisina. Disfrutando de la belleza que es Paris, de la fineza de las comidas, de la moda ultra hip, de los espectáculos. Resumiendo: casi igual que acá pero con la Tour Eiffel.
¿Cómo es el choque de culturas que hay en vos y de qué manera se manifiesta en tus shows?
No siento ningún choque cultural en mí. Soy de cultura francesa pero de raíz multicultural. Nada más.
¿Cómo vivís la pluralidad de tus orígenes y cómo influye en tu arte?
Yo me vi como una chica sin raíz fuerte en el sentido de la tierra propia que tiene cada uno normalmente. La historia de mi familia es complicada y apátrida; eso me da la gran libertad de poder plantarme y re-plantarme donde quiero, sin nostalgia de nada y con la posibilidad de reinventarme fácilmente. Mi tierra es de cultivo de la alegría a pesar de todas las dificultades de la vida. Por eso escribo comedias. Me parece el mejor medicamento para sobrevivir a la crueldad que puede ser la vida.
¿Cómo definirías el humor de tus espectáculos? ¿Tiene algo de Almodovariano?
Es un humor propio, un humor judío. La gente a menudo dice que tengo algo de Almodovariano: seguramente por los excesos de todo lo que tengo en frente de la vida. O me quieren o me odian. No es fácil cada día convivir con uno mismo… pero no tengo otra elección que tratar de aprender a ser un poco menos… por mi paz interior (que no conozco todavía)… y la paz del hombre que yo amo.
¿De qué manera se complementan con tu actual pareja que es músico?
Somos una pareja fuera de lo común. Y además un muy buen equipo. Cada uno en su mundo y cada uno en el mundo del otro en el mismo tiempo.
¿Cómo confluye en vos tu faceta de actriz, cantante y dramaturga?
Me dicen polifacética y lo vivo normalmente sin preguntarme nada sobre eso. Lo tengo en mi ADN. Y desarrollarme de esta manera para mí es natural, divertido y muy rico. Nada más.
¿Qué géneros musicales que has abordado?
De adolescente yo estaba muy muy rock ‘n roll (pienso que lo estaré toda mi vida). Hoy es más una manera de vivir mía: Cashemir, cuero y clavos. Así soy yo.
¿Qué encontramos en La vida no viene sola? ¿Por qué lo definís como un show furiosamente hormonal?
La vida no viene sola es mi último bebe. Tengo un placer indecente de defenderlo en los escenarios. Es por todas las chicas que están buscando el amor y todos los machos que no saben cómo manejarlo. Es chic, choc y con un toque parisino. Hay muchas hormonas, pero la testosterona está también presente en esta comedia, acompañada divinamente al piano por Riki Proz y bajo la mirada de la gran Lía Jelín.
Miércoles a las 21
Borges 1975
Jorge L. Borges 1975 – Cap.
(011) 4547-4412
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