High tide (Marea alta) (2024, Estados Unidos, 101 min.) – Elenco: Marco Pigossi, James Bland, Marisa Tomei, Bryan Batt, Mya Taylor y Bill Irwin – Música: Sebastian Plano – Fotografía: Oscar Ignacio Jiménez – Guion y Dirección: Marco Calvani
La ópera prima de Marco Calvani, High Tide, se destaca como una película que explora la identidad y la migración desde una perspectiva íntima. Su historia transcurre en Provincetown, un territorio costero de Estados Unidos reconocido por su comunidad LGBTQ. La trama se centra en Lourenço, un inmigrante brasileño sin documentos que atraviesa sus últimos días en este refugio portuario, donde encuentra un melancólico romance.
La propuesta visual de Calvani resulta notable. La fotografía de Oscar Ignacio Jiménez captura la esencia de Provincetown con un estilo depurado y sensible. Las escenas iniciales establecen el tono poético del filme, como cuando Lourenço se sumerge desnudo en el océano, una metáfora perfecta de su desarraigo existencial.
Marco Pigossi construye un Lourenço memorable. Su interpretación transmite una vulnerabilidad contenida que resulta magnética. Sin recurrir a gestos grandilocuentes, cada una de sus expresiones comunica la lucha interna del personaje. James Bland le da una réplica perfecta como Maurice, un enfermero gay afroamericano. La química entre ambos actores dota al romance de una tensión emocional auténtica. El elenco secundario aporta matices valiosos. Bill Irwin interpreta al dueño de la casa donde se hospeda el protagonista de esta historia, con una calidez conmovedora. Marisa Tomei, en un papel breve pero sustancial como Miriam, una artista empática, ofrece una de las escenas dramáticas más fuertes.
La estructura narrativa presenta algunos desaciertos, sobre todo en su dinámica. El guion pierde por momentos cohesión y se diluye en episodios inconexos. No obstante, la película brilla en sus momentos más íntimos, en particular durante las escenas entre Lourenço y Maurice. La cámara se detiene en detalles sutiles: el roce de las manos, las miradas furtivas, los silencios significativos.
Provincetown se transforma en un personaje adicional. La película retrata la belleza del lugar y la vitalidad de su comunidad. Sin embargo, el tratamiento de temas como la compra de casas por capitalistas como inversión y los cambios sociales resultan superficiales. No consolidan la trama central.
High Tide logra, sin embargo, una conexión emocional profunda con el espectador. La película aborda la fragilidad humana y la búsqueda de identidad desde una perspectiva universal. No ofrece soluciones simples ni convencionales, sino una mirada honesta sobre la complejidad de la existencia, y promete un futuro interesante para el talentoso Marco Calvani.
A través de su narrativa intimista y sus buenas actuaciones, High Tide propone una reflexión sobre la naturaleza de nuestras experiencias y la persistente búsqueda de pertenencia que define la condición humana. Cristian A. Domínguez
Aún sin fecha de estreno en Latinoamérica
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