CHEVALIER, descubriendo al Mozart negro

Film biográfico sobre Joseph Boulogne, compositor y violinista del siglo XVIII

Chevalier (Estados Unidos, 2022) – Actúan: Kelvin Harrison Jr., Samara Weaving, Lucy Boynton, Minnie Driver, Marton Csokas, Alex Fitzalan, Jim High, Ronke Adekoluejo, Alec Newman, Jessica Boone, Ben Bradshaw, Sian Clifford, Martin Matejcik, Fatou Sohna, Sam Barlien – Música: Kris Bowers – Fotografía: Jess Hall – Guion: Stefani Robinson – Dirección: Stephen Williams

Las películas realizadas sobre personajes históricos -ese género al cual de un tiempo a esta parte se le ha asignado el término biopics– no siempre reflejan necesariamente una realidad documentada. Lo novelado, lo glamoroso, lo espectacular, suele imponerse por encima de cualquier pretensión de rigor, promoviendo en ocasiones malentendidos más o menos importantes, como sucedió con Amadeus de Milos Forman, que difundió la famosa y absurda idea de un Salieri asesino.

Sin embargo, en este caso, más allá de los matices dudosos y las licencias de todo tipo, habrá que reconocerle un mérito al film Chevalier de Stephen Williams: le habla al público de un personaje real, contemporáneo de Mozart, extraordinariamente talentoso, cuya existencia de seguro muy pocas personas conocían. No es poco, aun cuando sean muchas las libertades referidas.

El Chevalier de Saint-Georges se llamaba en realidad Joseph Boulogne. Nacido en Guadalupe en la Navidad de 1745, hijo ilegítimo de una esclava africana y de un colono francés que hizo fortuna en las plantaciones, creció enfrentado al racismo y al clasismo de la época, pero llegó a codearse con la alta sociedad francesa de su tiempo. Pensionado por su padre, quien le aseguró una educación formal de elevada calidad, llegó a ser un virtuoso violinista, compositor, maestro de esgrima y militar, y un activo luchador por la abolición de la esclavitud.

Conoció a María Antonieta, reina consorte de Francia, aunque los hechos narrados en la película disten de la realidad. Aún estudiante, Saint-Georges derrotó al mosquetero del rey, Alexandre Picard Brémond, quien se había burlado de su condición de mulato. A sus 19 años fue nombrado caballero y se convirtió en un favorito de la sociedad parisina, aunque su condición racial siempre le significó una carga negativa. 

Popularizado en algún momento como “el Mozart negro”, no se sabe demasiado acerca de su formación musical, aunque se supone que fue discípulo de Antonio Lolli y de François-Joseph Gossec, de cuya orquesta formó parte. Cuando Gossec asumió la dirección del Concert Spirituel, Saint-Georges se convirtió en director del Concert des Amateurs, uno de los mejores conjuntos de su época. Tras la muerte de su padre, en 1774, dejó de percibir su pensión y la música se convirtió en su medio de vida.

La mayor parte de las composiciones del Chevalier de Saint Georges data de la década de 1770. Se destacan sus cuartetos para cuerdas, una docena de preciosas sinfonías concertantes y otros tantos conciertos para violín, muy inspirados, cuya escucha recomendamos. En 1776 fue propuesto para ocupar la dirección de la Academia Real de Música de París, pero algunos integrantes de la nobleza, ofendidos por la idea de quedar bajo la autoridad de un mulato, elevaron una petición a la reina que impidió su nombramiento. Un año después de este hecho estrenó Ernestine, su primera ópera, sobre la cual hecha luz la película. Esto fue en la Comédie Italienne y la obra no tuvo la trascendencia esperada.

A partir de ese momento Saint-Georges escribió varias óperas más, en medio de las tensiones que llevaron a la revolución francesa. Participó activamente en el conflicto como capitán de un cuerpo integrado por negros y mulatos: la Légion Nationale du Midi. Durante la época del terror estuvo prisionero, sospechado de traición, y más tarde retomó la música. Murió en París, por causas naturales, en 1799.

El mayor mérito del filme ya se señaló: rescata la figura de este talentoso compositor, gran parte de cuya valiosa música se perdió, lamentablemente, aunque haya subsistido lo suficiente como para que todavía hoy podamos admirarlo. Su mayor contra es caer demasiado en lo novelesco, en una narrativa con guiños contemporáneos que determinan un tono general demasiado fuera de época, a lo que se suma un énfasis exagerado en la supuesta fascinación de las damas de la época por la figura masculina del negro bien dotado.

Digamos más: la escena inicial, con el duelo musical entre Chevalier y nada menos que Mozart, se ubica a un paso de aquella otra en la que Marty McFly, en Volver al futuro, interpreta Johnny B. Goode en clave moderna para terminar diciendo aquello de Ustedes no están preparados para esta música, pero a sus hijos les encantará”. Dicho de otro modo, disfrute de Chevalier, pero no deje de ahondar en la música del verdadero Joseph Boulogne. Germán A. Serain

Ver la película Chevalier en línea
La música de Chevalier de Saint Georges en Spotify

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