La vedette de Arte BA, considerada la más importante en Latinoámerica, fue sin dudas la obra de Jorge de la Vega, vendida en cerca de 1.300.000 dólares por la galería MCMC a un comprador que todavía se desconoce, a pesar de las especulaciones. Otras ventas para destacar son obras de los artistas Julio Le Parc, Nicolás García Uriburu, Ennio Iommi y Alberto Grecco.
El sponsor principal de la feria este año fue Santander Río. Bombay Sapphire estuvo auspiciando el Barrio Joven. En el marco del Programa de Adquisiciones de Museos Federales, MACBA (Museo de Arte Contemporáneo de Buenos Aires) adquirió, en la galería Palatina, un acrílico de Tulio de Sagastizábal. El Museo Provincial de Bellas Artes Franklin Rawson de San Juan incorporó a su acervo una pieza de Marcia Schvartz: Paula.
En el marco del programa Matching Funds Arte BA-Fundación Banco Ciudad, el Museo Castagnino + Macro (Rosario) adquirió en Jorge Mara-La Ruche dos fotografías: una de Grete Stern y otra de Horacio Coppola. Por otra parte, el Museo Provincial de Bellas Artes Timoteo Navarro de Tucumán adquirió una obra de Paula Otegui.
Dentro del mismo programa, el Museo Nacional de Bellas Artes adquirió cuatro dibujos en la galería Alejandro Faggioni-Estudio de Arte, de los artistas Juan del Prete, Noemí Gerstein, Eduardo Moisett de Espanés, y Alfredo Hlito.
Apenas uno entraba a la feria era sorprendido por la instalación de la artista colombiana María José Arjona, quien manipulaba desde el piso decenas de botellas que colgaban de largos hilos y producían, al ser movidas, un sonido que invadía todo el predio.
Más allá de las ventas y la importante convocatoria, es importante destacar a Arte BA como espacio de reflexión sobre el arte contemporáneo. Si bien está pensado como un espacio comercial, es interesante ver las elecciones curatoriales de cada galería: lo que deciden incluir, cuál es su apuesta, cómo pretenden mostrarse ante sus pares, ante los coleccionistas o los espectadores.
Las pinturas de García Sáenz, Suárez, Stupía, Gorriarena, Berni, Noé, Deira, Frangella, Gómez Canle, Mondongo muestran que la diversidad de estilos puede habitar una misma feria. La galería Barro se destacó justamente con dos retratos muy especiales del conjunto Mondongo y dibujos de Matías Duville. Mite, con la obra de Ad Minoliti, y Piedras con la obra de Fátima Pecci Carou. Maman contó con varias pinturas de artistas consagrados y en su espacio Cabinet optó por exhibir a Miguel Caride. Vasari con su cabinet de Marcia Schvartz, un hallazago.
En el barrio joven, resultaron interesantes los pseudo identikits de Juan Reos presentados por Atocha Galería; la obra de Lucía Reissig de Selvanegra también llamó la atención por su originalidad: con todo el polvo que juntó limpiando casas armó una pastilla, dándole visibilidad al trabajo de las mujeres invisibilizadas. Verónica Palmieri presentó sus miniaturas de elementos singulares y heterogéneos (Bonita Galería), y Jo Johannes, las joyas 3D basadas en estructuras arquitectónicas (Popa). Majo Arrigoni con sus retratos de artistas mujeres completó el panorama de este sector.
Fue grato conversar con la artista mejicana María Sosa (en la sección Solo show, Parque Galería), autora de la obra El enemigo de adentro/El enemigo de afuera, que tal como nos dice el texto curatorial: “explora la violencia interiorizada, la educación colonial religiosa y heteronormada que genera metodologías cotidianas de relación en base a la dominación y el temor”. Sosa trabaja el collage con recortes de imágenes de xilografías antiguas superponiéndolas con imágenes del propio cuerpo. El cuerpo de la mujer es la pizarra donde escribe el poder se titula otra de sus obras donde ya el nombre lo dice todo. El sometimiento del pueblo originario mejicano por el invasor, colonizador o de la mujer por el hombre es el eje de su trabajo.
Otro descubrimiento de sumo interés fue la obra Iqraa (“leer” en árabe) de Thania Petersen (Sudáfrica, Whatiftheworld). “Debemos aprender a leer -dice la artista-, a interpretar la palabra de una manera más inclusiva y benéfica porque, de no hacerlo, permaneceremos víctimas del dogma religioso”. Petersen se opone al extremismo islámico que distorsiona las verdaderas enseñanzas de los textos sagrados. Sus piezas son grandes textiles trabajosamente bordados, que simbolizan las alfombras musulmanas para las oraciones, donde los coloridos dibujos relacionados con su religión se pierden en hilos negros que fagocitan la originalidad de los diseños: toda una metáfora.
En síntesis, ésta fue una feria abierta a la heterogeneidad, el multiculturalismo, los temas de género, la militancia feminista y política, el conceptualismo, pero también al resurgimiento de la pintura. Las visitas guiadas a cargo de Laura Batkis e historiadoras del arte supervisadas por ella ayudaron a comprender más cabalmente las elecciones de la feria y a recorrer puntos fundamentales de esta gran movida artística. Milly Vázquez
Se exhibió hasta el 14 de abril de 2019
La Rural – Cap.
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