Aída (ópera en cuatro actos, 1872) – Música: Giuseppe Verdi – Libreto: Antonio Ghislanzoni – Cantantes: María Belén Rivarola, Daniela Barcellona, Youngjun Park, Martin Mühle, Simon Lim, Fernando Radó, Marina Silva, Diego Bento – Iluminación: Rubén Conde – Coreografía: Lidia Segni – Orquesta: Estable del Teatro Colón – Coro: Estable del Teatro Colón (Dir.: Miguel Martínez) – Ballet: Estable del Teatro Colón (Dir.: Julio Bocca) – Dirección Musical: Stefano Ranzani – Concepción Escénica y Escenografía: Roberto Oswald – Reposición Escenográfica: Christian Prego –Reposición de Régie y Vestuario: Aníbal Lápiz
En el marco del festejo por el centenario de sus Cuerpos Estables, el Teatro Colón presentó Aída, de Giuseppe Verdi, de gran impacto visual, pero sobre todo sonoro. La escenificación es una reposición de la versión original de Roberto Oswald, adaptada por Christian Prego, quien preservó intacta la magnificencia de la concepción primigenia. La escenografía se articula en torno a una imponente esfinge, símbolo indiscutible del Egipto antiguo. Complementando la estética visual, la iluminación de Rubén Conde contribuyó eficazmente a la atmósfera, y el vestuario diseñado por Aníbal Lápiz sobresalió por su opulencia y esplendor.
En el rol principal, nuestra María Belén Rivarola brindó una interpretación excepcional y cautivante, de voz potente y refinada técnica vocal, particularmente apreciable en O patria mia. La mezzo italiana Daniela Barcellona, en el papel de Amneris, fue sobresaliente vocal y escénicamente, con matices expresivos que enriquecieron su personaje.
Youngjun Park, barítono coreano, personificó a Amonasro con una voz relevante y afable en una buena actuación. Su coterráneo, el bajo Simon Lim, personificó notablemente a Ramfis, con una autoridad vocal incuestionable. El tenor brasileño Martin Mühle, como Radamés, mostró un registro vocal poderoso y de calidad. También fue destacable la Sacerdotisa que corporizó la soprano Marina Silva.
Las elegantes coreografías de Lidia Segni lograron una cohesión impecable en el desarrollo de la obra. El cuerpo de baile tuvo un rol fundamental en la representación de las escenas de mayor dinamismo, con movimientos armoniosos y expresivos. Sus intervenciones reforzaron la magnificencia del espectáculo y aportaron gracia y precisión.
Sin embargo, si hubo un pilar deleitable y radiante, fue el Coro Estable del Teatro Colón, dirigido por el exquisito Miguel Martínez. Su interpretación estuvo marcada por una potencia vocal impactante, una afinación impecable y una entrega expresiva que contribuyó decisivamente a la grandeza de la función. En momentos clave, como la Marcha Triunfal, su presencia y sus voces emocionaron profundamente. La dirección musical estuvo a cargo de Stefano Ranzani, algo desparejo en las marcaciones al frente de la Orquesta Estable del Teatro Colón, aunque con buen lirismo.
Se aprecia la programación de once funciones para este clásico de Verdi, con la acertada decisión de tres elencos y dos directores. Hay para elegir y disfrutar enormemente. Martin Wullich
Fue el 11 de marzo de 2025
Teatro Colón
Libertad 621 – CABA
(011) 4378-7100
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