IL TRITTICO, cuando canta el destino

Despliegue visual, potencia dramática y sutileza musical en una puesta impecable que recorre el dolor, la redención y la picardía

Il Trittico (tres óperas en un acto cada una) – Música: Giacomo Puccini – Vestuario: Stefania Scaraggi – Iluminación: Daniele Naldi – Escenografía y Video: Nicolás Boni – Video Suor Angelica: Matías Otálora y Nicolás Boni – Orquesta:  Estable del Teatro Colón – Coro: Estable del Teatro Colón (Dir.: Miguel Martínez) – Dirección musical: Beatrice Venezi – Régie: Pier Francesco Maestrini

Siempre es una sorpresa el momento en que se descorre el telón del Colón. Es claro que uno espera el impacto visual que genera una magnífica puesta en escena, sobre todo cuando son tres óperas, comunes en elementos corpóreos y en una base que las une en la historia, además de las analogías que nos llevan al gran Dante Alighieri y su Divina Comedia. En este caso, conmociona la aparición de la embarcación en Il Tabarro, en una impecable amalgama entre lo cinematográfico y lo teatral, con sus navegantes y atezados trabajadores que habrán de arrastrar pesadas cargas por doquier, mientras el día transcurre y grandes nubarrones se avecinan. Giorgietta preanuncia «el rojo crepúsculo de septiembre», estupendamente interpretada por Paulina González, al igual que el autoritario aunque sufrido Michele de Leonardo López Linares.

Marcelo Gómez y Sergio Wamba le ponen potentes y melifluas voces a Tinca y a Talpa, quienes ahogan en el vino los pensamientos tristes. Con gracia y calidez canta Alejandra Malvino en su encarnación de Frugola, evocando con ternura a Caporale, su gato, quien con sus ronroneos la consuela. Diego Bento, como Luigi, entona sentidamente Hai ben ragione. Quizás, al decir de Giorgetta, la muerte es el remedio para todos los males. Allí está la paz. Emitiendo su dramática voz, comparte con un rayo el fantástico final, centella que se repetirá en la consumación de Suor Angelica

Las aguas marinas y las nubes que devendrán negras marcan nuevamente las escenas dramáticas de la religiosa del título, internada en un convento como castigo por su rica familia que ha desaprobado una relación. Hace siete años que no sale de allí, no sabe nada de sus parientes, ni de su hijo. Un árbol en el patio del convento marca un claro símbolo. Sus felices  compañeras cantan al amor y se mueven coreográficamente.

Aunque sabe los límites de su clausura, los deseos de Suor Angelica son expresados vivamente y con profunda pena en la admirable y luminosa voz de María Belén Rivarola. Su congoja, revelada en Senza mamma, es transmitida con precisión en emotivas y sutiles notas que hacen eclosión después de la plegaria. El bosque cobra vida en su partida, mientras es recibida por una imagen edénica radiante. Sustanciadas como la Abadesa y la Celadora, Cecilia Díaz y Rocío Arbizu realizan un notable trabajo, al igual que el sublime Coro dirigido por Miguel Martínez.

Prima, un avvertimento! (antes, una advertencia) hubiera dicho Gianni Schicchi, nombre y apellido del sagaz sinvergüenza convocado para modificar, con una hábil estratagema, la herencia de un hacendado millonario y tacaño, que ya está muerto. Desde las primeras imágenes, creadas por el talentoso Nicolás Boni, vemos que el tono de comedia está presente, y los enredos forman parte de la entretenida historia. Las imágenes digitales se fusionan con la escenografía y conforman una creación ocurrentemente diseñada, como si fuera un gigantesco trompe-l’œil contemporáneo.

Debido al tono de la ópera, en Gianni Schicchi se hace necesaria una jovial actuación de sus personajes. Esto ha sido muy logrado por Santiago Martínez en el papel de Rinuccio, con una voz diáfana y sugerente, a partir de Firenze è come un albero fiorito. No se queda atrás Omar Carrión como el tunante Gianni, quien hace gala de su exquisito timbre de barítono en un rol que le va a las mil maravillas. La soprano Florencia Burgardt personifica deliciosamente a  Lauretta, particularmente cuando subyuga con O mio babbino caro. En el papel del Maestro Spinelloccio se luce Gustavo Gibert, con sus tonos graves y acordes con el personaje. 

La Orquesta Estable del Teatro Colón sonó grandiosa y con gran lucimiento de contrastes tonales en las manos de la italiana Beatrice Venezi, quien aportó el clima preciso indicado por Puccini para Il Trittico. Pier Francesco Maestrini, artífice de la dirección escénica, articuló teatralidad, ritmo y simbolismo con admirable creatividad. Su mirada potenció cada fragmento del universo pucciniano, otorgándole coherencia visual y dramática. Martin Wullich

Fue el 7 de mayo de 2025
Últimas funciones:

Domingo 11 a las 17
Martes 13 a las 20
Teatro Colón
Libertad 621 – CABA
(011) 4378-7100
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Cantantes en Il Trittico:
Il Tabarro
(El capote) – Leonardo López Linares, Diego Bento, Paulina González, Sergio Wamba, Alejandra Malvino, Marcelo Gómez, Duilio Smiriglia y elenco.
Suor Angelica (Sor Angélica) – María Belén Rivarola, Alejandra Malvino, Cecilia Díaz, Rocío Arbizu, Verónica Cano, Virginia Guevara y elenco.
Gianni Schicchi
Omar Carrión, Florencia Burgardt, Santiago Martínez, Alejandra Malvino, Carlos Ullán y elenco.

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