Hay que darle el gusto a mamá – Actúan: Judith Gabbani, Mónica Salvador, Eduardo Solá y Manuel Bello – Música: Pablo Viotti – Coreografía: Belén Santos – Vestuario: Eduardo Solá – Escenografía: Estrella Villamayor y Vanesa Abramovich – Voces en off: Daniel Gómez Rinaldi y Martin Wullich – Autoría: Mónica Salvador – Dirección: Carlos Kaspar
En una temporada llena de propuestas teatrales, Hay que darle el gusto a mamá se destaca como una obra magistral que combina estilos con maestría, generando risas incesantes desde el primer acto hasta el desenlace. La pluma de Mónica Salvador explora las complejidades de la relación de una madre con sus hijas a través de un humor afilado y un toque de dramatismo.
La trama gira en torno de Sofía Del Mar, una madre que fue una gran estrella del cine y la televisión, interpretada excepcionalmente por Eduardo Solá. Sofía es un personaje multifacético, que encarna no solo el glamour y los estrictos valores de belleza, sino también el egocentrismo que a veces acompaña a quienes han vivido en el ojo público. Su presencia es, sin duda, el pilar de la obra. Solá maneja estupendamente el sarcasmo y el carisma necesarios para personificar a la diva que, a pesar de los conflictos, protege a sus hijas a ultranza.
Victoria, interpretada por Judith Gabbani, es la heredera de la belleza y la vocación de su madre, un reflejo de la gloria que Sofía representa. En contraposición, Soledad, encarnada por Mónica Salvador, desafía cada aspecto de la vida de su madre, ofreciendo un contrapunto mordaz y humorístico que bordea lo grotesco. Ambas aportan al relato una buena dinámica.
La obra se desarrolla en un escenario íntimo, que refleja la calidez del hogar familiar y está cargado de recuerdos, una elección que acentúa la conexión emocional entre los personajes y el público. Edidmundo, el mayordomo leal interpretado por Manuel Bello, actúa como el testigo silencioso de esta compleja trama familiar. Su presencia es fundamental, ya que proporciona un hilo conductor que une a las tres figuras principales a través del amor, el tema central que subyace en cada interacción.
Una de las maravillas de Hay que darle el gusto a mamá es cómo se manejan los giros inesperados en la narrativa. Lo que comienza como una comedia ligera se transforma, poco a poco, en una reflexión sobre la vida, la muerte y las elecciones que hacemos, con un desenlace sorprendente. ¿Quién no ha querido, al menos por una vez, “darle el gusto a mamá”?
Los momentos hilarantes surgen de la química palpable entre los actores. La complicidad en el escenario es notable y uno de los puntos fuertes de la interpretación. Cada broma, cada mirada y cada pausa se sienten perfectamente sincronizadas, lo que permite que la comedia fluya de manera orgánica y natural. En este sentido, la sensible dirección de Carlos Kaspar brilla al guiar a sus actores a través del surrealismo que encierran sus personajes, asegurando que cada uno pueda aportar su singularidad al conjunto.
Hay que darle el gusto a mamá es una comedia costumbrista que no solo divierte, sino que logra que cada espectador encuentre su propio guiño en la obra. Cristian A. Domínguez
Temporada verano 2025
Lunes a las 22
Teatro Victoria
Rivadavia 2380 – Mar del Plata
Entradas por Alternativa
Estrenó en Teatro Belisario
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