TODO SALDRÁ BIEN (1) FIN DE LUIS – Actúan: Saadia Bentaïeb, Agnés Berthon, Yannick Choirat, Eric Feldman, Philippe Frécon, Yvain Juillard, Anthony Moreau, Ruth Olaizola, Gérard Potier, Anne Rotger, David Sighicelli, Maxime Tshibangu, Simon Verjans, Bogdan Zamfir – Vestuario: Isabelle Deffin – Escenografía e Iluminación: Eric Soyere – Dramaturgia: Marion Boudier – Autor y Director: Joël Pommerat – En francés, con subtítulos en español
Una vez alguien dijo que quedarse dormido en medio de un espectáculo también puede ser considerado un modo legítimo de ejercer la crítica. Entonces, abandonar una obra, como quien se retira rendido de una batalla, durante un segundo intervalo y después de haber presenciado estoicamente más de tres horas de las cuatro y media pautadas como duración total del espectáculo que se pretendía reseñar… Bueno, eso no debería interpretarse como una claudicación a la ligera, ni como una falla en la labor de quien escribe estas líneas.
El concepto es sencillo: estrenada en el Teatro de Nanterre y convertida en uno de los éxitos teatrales franceses de 2015, la obra de Joël Pommerat —figura destacada del actual teatro francés— pretende recrear diferentes momentos de la metamorfosis política detrás de la Revolución Francesa de 1789, ambientada en un contexto contemporáneo. Las cuestiones que se plantean tienen que ver con las razones que llevan a los hombres a derrocar el poder instituido, los mecanismos por los cuales se instalan relaciones nuevas entre los ciudadanos y el Estado, y por supuesto las inevitables pujas por el poder y los privilegios en el seno de los diferentes estratos sociales.
El diseño dramático se sostiene, durante prácticamente todo el tiempo, en una fractura de la cuarta pared teatral, mediante el avance de los actores sobre el sector de platea, mezclándose con el público, que pasa así a ocupar el lugar físico que le correspondería a los asambleístas en el decurso de distintos debates que se van tejiendo en torno de la instalación de nuevas instituciones, propias de la democracia moderna. En este sentido es interesante verificar cómo ciertos vicios de la política vienen de larga data y se mantienen todavía en nuestra sociedad contemporánea. Pero lo interesante no logra revertir el hecho de que finalmente se trata, para el público, de una experiencia agotadora.
El problema no es la extensión, pues hemos visto obras de mucha duración sin amilanarnos. Pero aquí el tiempo transcurre, y uno siente que no hay avances dramáticos efectivos. El recurso de emular una verdadera asamblea, con los actores mezclados en la platea, aplaudiendo y gritando ruidosamente, al principio divierte, pero enseguida termina abrumando al espectador, que se descubre rodeado por una molesta polución sonora. Los textos aportan mucho menos de lo que deberían y, por supuesto, no ayuda que todo esté hablado en francés, ni tampoco el ascetismo en materia de escenografía y vestuario. Además, nada hay en la obra que justifique su duración desmedida.
Por supuesto, todo lo expresado no es sino la opinión de una persona puntual, y así es como debe ser tomado. Pero a juicio de este comentarista, Todo saldrá bien es un título demasiado optimista. Está bien que el teatro deba reflejar la realidad, y que en este caso más que de la figura de Luis XVI se trata de la evolución del imaginario político y sus mecanismos. Pero en tanto objeto teatral, en tanto creación artística, consideramos que la obra cae en un error imperdonable: ser inútilmente extensa y, además, aburrida. Germán A. Serain
Hasta el 30 de junio de 2018
Teatro San Martín
Av. Corrientes 1530 – Cap.
0800-333-5254
complejoteatral.gob.ar
Comentarios