Sangre – Actúan: Mariana Abbas, Gisela Arrosio, Viviana Ayala, Luis Bennardo, Lucrecia Conti, Gisela Delgado, Martin Dodera, Gabriela Espinel, Ianina Mónaco, Noelia Moreno, Eduardo Nicolau, Osvaldo Peluffo, Veronika Peluffo, Victoria Ponte, Gabriel Scavelli – Vestuario: Pía Drugueri, Mariana Minafro – Iluminación: Leandra Rodríguez – Escenografía: Agustin Inchausti, Gustavo Parinelli – Música: Aníbal Zorrilla – Coreografía: Luz Ciolfi – Sobre textos de: Otelo, de William Shakespeare – Dirección: Laura Silva
Variantes sobre la historia y distintas interpretaciones habrá siempre, sobre todo cuando se parte de un clásico como el Otelo de William Shakespeare. Hasta hubo quien lo situó en más cercanas geografías que las otrora imaginadas por el notable dramaturgo. Se podrá discutir acerca de si la versión respeta o no el original, y si esto debería ser así o nada importa. Lo interesante es que la base de la cuestión -los celos- está presente sobrevolando amores que se atan y pasiones que se desatan, dejando su tendal de muerte, generando un manantial de sangre, tal como su título indica. Esa sangre adquiere importancia en esta visión que destaca hospitales demenciales, quirófanos espectrales, camillas inmorales y tratamientos brutales, entre sueros y sueños, entre suplicios y ciertos vicios.
Lo más llamativo de la puesta en escena de Sangre es la estética maravillosa generada a través de la luz, el vestuario y los coreográficos movimientos que parecen imposibles para semejante elenco en tan pequeño espacio. El plano superior que permite ver sufrientes cuerpos desnudos entregados a los placeres de la carne, es -por momentos- una pintura renacentista que, combinada con las luces y sombras de la escena y de la historia, construye otra historia interior e individual para cada espectador.
La libérrima versión de Laura Silva, sobre el clásico shakespeariano no deja de ser interesante. Es extraordinario el trabajo de Osvaldo Peluffo como Yago y se destacan Eduardo Nicolau -Brabancio-, Martín Dodera -Otelo- y Verónika Peluffo -Emilia-. Para quienes leyeron el libro, Sangre es una valiosa vuelta de tuerca, en oníricos cuadros que penetran dramáticamente nuestras retinas, como si se hubiera visto el final alternativo de un film. Para quienes no, aplica otro clásico: relájate y goza -o sufre-, así lo vemos nosotros. Goza lo estético, sufre la historia. Disfruta la poesía, mientras dure. Martin Wullich
Se dio hasta julio 2009
La Carbonera
Balcarce 998 – Capital
4362-2651
sangre2008.blogspot.com
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