Él llega tarde al hogar, se desviste y lleva un pijama debajo de sus ropas. Ella le reprocha el horario de llegada y le alaba el dulce olor a perfume que emana su piel. Se hablan, pero la distancia es sutil y notable. Ya no son una feliz pareja. Así comienza la primera comedia costumbrista del afamado creativo publicitario Damián Kepel, en su nueva etapa como director y dramaturgo, presentando a un matrimonio desesperado que quiere simular que aun conviven, para que su hijo -lo más importante en sus vidas- no se acompleje. Pero las contradicciones de ambas partes harán insostenible la desgastada relación. Como padres se enfrentan, transforman y deforman.
Con mínimos recursos escenográficos, un sillón, un escritorio y un bar con banquetas altas se logran distintos ambientes. La puesta se sostiene gracias a las buenas interpretaciones de todo el equipo de actores y la radicalidad de ciertas partes del texto. Pero falta dinámica y el relato se aletarga, con extensivas transiciones y pausas en el texto que no suman al nudo de la trama. Romina Tischelman está increíble en sus variadas composiciones, payaso, directora y abuela. Romina Pinto sobresale por su naturalidad e histrionismo en los momentos de mayor tensión dramática y comicidad. Y Matías Hynes, a pesar de un turbio inicio, se encamina correctamente para salir airoso y muy certero en el rol de apasionado y rebelde padre de familia.
Rehenes es una divertida comedia dramática de acertado texto aunque lenta en su desarollo. Transmite variadas emociones, logra empatía y expone un crisol de temas familiares a tratar cuando las parejas se separan pero siguen unidos por los hijos. Así aparecen cumpleaños, nuevas parejas, pase de facturas y reuniones de padres. Cristian A. Domínguez
Viernes a las 21.30
Teatro La Comedia
Rodríguez Peña 1062 – Cap.
(011) 4815-5665
Comentarios