Vivimos en un tiempo extraño, en el cual las distancias ya no representan lo mismo que en otros tiempos, no necesariamente remotos. Porque antes las distancias guardaban una relación directa con el tiempo: cuanto más lejos estaba un lugar de otro, más se tardaba en alcanzar ese sitio con un mensaje, con una carta, con una postal. Hoy esas distancias acaso sean físicamente las mismas, pero en tanto barrera ya no representan lo mismo. O tal vez sí, desde cierto punto de vista. Lo cierto es que hoy los mensajes circulan de un modo instantáneo, tecnologías mediante. Un llamado por teléfono, una videoconferencia, parecen anular cualquier distancia en un abrir y cerrar de ojos, por muchos kilómetros que nos separen. Pero los cuerpos poseen una presencia real, cuya ausencia implica problemáticas concretas. Así como también hay proximidades que no tienen que ver con el estar o no al alcance de quien estira un brazo en busca del otro.
Con estas consideraciones tiene que ver Próximo, una historia de confección sencilla pero efectiva, entre dos personas que entablan una relación a la distancia, mediante las posibilidades que brinda la hiperconectividad. Previsiblemente, el vínculo deriva de manera paulatina hacia una ligazón amorosa, con lo cual la cuestión del cuerpo ausente, la falta de contacto con la piel del otro, con su olor, la imposibilidad de brindar o recibir un abrazo, se convierte en algo serio, al mismo tiempo que la proximidad que posibilita un teléfono móvil o una pantalla produce cercanías que no por estar mediatizadas dejan de ser absolutamente reales. En medio de todo esto aparecen también temas adyacentes como la soledad, el sexo, la identidad, las apariencias, los miedos o la muerte. Las buenas actuaciones de Lautaro Perotti y Santi Marín conducen alternativamente al público de la risa a la emoción.
Nobleza obliga, la obra nos ha parecido simple pero efectiva; no así original. No podemos dejar de mencionar que nos llamó mucho la atención la coincidencia no solo temática, sino también escénica, con otra obra que tuvimos ocasión de ver con apenas tres meses de diferencia. Nos referimos a Romance, de Fabio Golpe, cuya reseña puede leerse en este mismo portal. Por supuesto, las coincidencias existen y no es nuestra intención que este comentario sea leído como una insinuación. Alguna vez Milan Kundera escribió: “Gente hay mucha, ideas pocas: todos pensamos aproximadamente lo mismo”. La realidad de las relaciones a distancia, con la problemática que ellas suponen, sencillamente existe, tiene plena actualidad y no es exclusiva de nadie. De todos modos nos llamó la atención que no hubiese llegado a oídos de Claudio Tolcachir, el director de Próximo, que otra persona había estado trabajando muy poco tiempo antes -y a no tantas cuadras de distancia- con una obra demasiado similar. Germán A. Serain
Viernes a las 23
Sábados a las 20.30
Domingos a las 19.15
Teatro Timbre 4
México 3554 – Cap.
(011) 4932-4395
timbre4.com
Crítica escrita julio 2017 – Teatro Sarmiento
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