A medida que declinan los paradigmas religiosos de Occidente, tiene sentido detenerse a escuchar un rumor antiguo de saberes. Se trata de un murmullo marginal que ha sabido conservarse durante más de cinco siglos y que ha persistido en piezas de arte con diseños de expresión inequívoca y, sobre todo, en la tradición oral de los guardianes –en su mayoría mujeres- de este conocimiento sagrado: el linaje de los aborígenes precolombinos, los pueblos que habitaban este continente antes de la conquista. El autor de Plantas sagradas es Juan Acevedo Peinado, psicólogo y también descendiente de guaraníes mbyá, herramientas con las que construye el relato de sus experiencias personales con integrantes de ese linaje secreto, aquellos que recuerdan y practican los saberes ancestrales en distintas latitudes de nuestro país.
En una cuidada introducción, Acevedo Peinado despeja de especulaciones el testimonio presente en el libro y asume la responsabilidad de perpetuar con él esta forma de entender y vivir en el cosmos que se remonta probablemente a 14.000 años, o más. Sin duda ha ayudado el hecho de que representantes de comunidades tan distantes como son las del altiplano, los Andes y la Amazonia se desplazan largas distancias continuamente para mantener los lazos vivos y generar intercambios culturales.
Podría interpretarse que Plantas sagradas es una novela de formación o de aprendizaje (bildungsroman, en alemán), solo que en este caso el protagonista no va de la niñez a la adultez, sino de la ignorancia al saber de la conciencia. Saber que se alcanza con la guía de las ancianas y la ingesta de pociones derivadas de algunas especies vegetales, a las que se denomina plantas sagradas o plantas maestras. Estas son capaces de guardar y transmitir información concreta, con la que el aprendiz adquiere el poder de alcanzar diferentes maestrías, como visión, medicina y recuerdo para contactar de forma directa con el espíritu de la Gran Madre de todas las cosas.
Esta tradición ha resistido los embates culturales que han intentado aniquilarla y tergiversarla, pero ella ha sabido esperar su momento para emerger y activar las capacidades legadas al hombre durante siglos. Cabe aclarar que en Plantas sagradas el autor no se explaya sobre la experiencia del consumo de estas plantas maestras, tema que promete desarrollar en un libro posterior donde describirá el camino, el tránsito y el aprendizaje en el mundo de las ancianas madrecitas, a saber la ayahuasca (Banisteriopsis caapi), el San Pedro (Echinopsis Pachanoi), el cebil (Anademanthera colubrina), todos agentes de una revolución “plagada infinitamente de arte, de creación y recreación, de desafío y rebeldía”.
En Plantas sagradas, Juan Acevedo Peinado divide en cuatro capítulos su derrotero por los cuatro puntos cardinales del suelo argentino, en cada uno de los cuales experimenta y conecta a diferentes etnias originarias y su sabiduría. Abundan las casualidades e imprevistos, la incursión en lo desconocido, la implacable naturaleza presidiendo ceremonias, salamancas, vigilias y confirmaciones. Un completo glosario al final del libro ayuda a comprender los conceptos vertidos en los distintos escenarios donde el autor recibió el rastro de la tradición.
Tanto si se está abierto a la experimentación como si se toma el tema con reservas, se trata de un material de narración dinámica que remeda las andanzas del antropólogo Carlos Castaneda, quien agitara a tantas generaciones décadas atrás con sus apuntes del magistral indio yaqui Don Juan Matus. Quiérase o no, existe un legado bajo nuestros pies, está vibrando en la tierra de toda América y parece tener la suficiente paciencia para emerger y alcanzarnos. Silvia Bonetti
Plantas sagradas
El linaje secreto del chamanismo sudamericano
Juan Acevedo Peinado
Grijalbo
384 páginas
Juan Acevedo Peinado nació en Argentina. Cursó estudios universitarios de Medicina y Psicología en la Universidad Nacional de Rosario, donde se graduó como psicólogo. Es parte de un largo linaje de payés guaraníes. Aprendió con mujeres y hombres que recuerdan y practican la vivencia y la cosmovisión de las medicinas naturales ancestrales en diversos lugares del país. En los años noventa creó, junto con otros profesionales, la institución Mesa Verde, dedicada al estudio de las plantas maestras y su potencial terapéutico en Occidente. Colaboró con la prestigiosa Fundación Desde América, investigando el chamanismo sudamericano y la medicina tradicional. También es miembro fundador de Runa Wasi y del Comunitario Otorongo Wasi. Ha publicado Los extraños (Emecé, 2000), en coautoría con el psiquiatra Néstor Berlanda. Se desempeñó como productor para 4K Store y National Geographic Latinoamérica sobre temas afines. Investiga y trabaja diferentes formas de expresión artística, con especial interés en la música y los sonidos como medio de conexión con lo sagrado.
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