LA DIFICULTAD, de Tomás Abraham

Selfie novelada del filósofo rumano-argentino

Nico es un chico tartamudo cuando comienza la novela, un niño judío que ingresa al país en el año 1948 como parte de una familia de inmigrantes rumanos. Nico es el mismo autor, y su familia es la fundadora de la fábrica de medias Ciudadela, cuyo producto estrella fue conocido como Medias Tom. Aunque Tomás Abraham diga que no se trata de una autobiografía y que con este libro presenta su primera obra de ficción –Abraham es autor de ensayos sobre filosofía, pintura, cine, radio, televisión y costumbres argentinas-, La dificultad remite al periplo existencial del filósofo, con algunas variaciones que devienen naturalmente cuando uno revisita los recuerdos de su pasado.

HIPERTEXTO TOMAS ABRAHAM

El relato se desarrolla como un libro de iniciación, en el que se van zanjeando las etapas por las que pasa cualquier humano y debe arreglarse con lo que tiene. Hay un párrafo genial, dedicado a la tartamudez, uno de los más brillantes del libro: “¿Cuándo había nacido mi hermana la tartamudez? Esa compañía permanente, presente al despertar, acompañante cotidiana, siamesa pegada a todo el ser, invasora de la mente, frazada existencial. Tartamudez de mierda, hija de puta invencible, serrucho voraz, inclemente piraña, eterna. Había nacido desde siempre. Tampoco tenía fecha de defunción. Es lo único que reconocía, su falta de defunción, nada de nacimiento, de hermosura de Botticelli como esa Venus de Primavera, tan delicada, no, ésta no era de Botticelli, era de Edward Munch, el del grito en el puente antes de que esa boca triturada se tirase a la autopista para que la pisara la muerte”.

Nico crece y se enamora, se perfilan sus temas de interés para empezar una carrera, y gracias al buen respaldo económico que ejercía su familia es evacuado a París, Francia, para que encarrilara sus estudios algo interrumpidos por episodios como la Noche de los Bastones Largos, durante la dictadura de Juan Carlos Onganía. En París participa del Mayo francés y obtiene su formación con la nueva generación de pensadores. Se gradúa, y emprende el consabido viaje a Oriente de la época. Luego de diferentes experimentaciones de convivencia, donde no faltaban las drogas alucinógenas y la libertad sexual, es rescatado en Tokio, Japón, por sus padres, que lo reimplantan en una Argentina anacrónica de los años ’70. Nico es muy joven todavía a este punto, y aquí comienza el trabajo de descubrirse como persona, evaluando el mapa de relacionamientos y las ideologías que lo han forjado como ser pensante. ¿Qué hacer?

Como en todos los relatos de gente erudita -tal el caso de Umberto Eco-, a veces se cae en un exceso de referencias o puntos de enfoque, con lo que vuelven algo pesado el hilo narrativo. Pero Tomás Abraham es filósofo y es inevitable que presente sus preguntas. La luz en la vida de Nico comienza cuando descubre que puede ser alguien escribiendo sobre los pensamientos de otros. Se yergue como un ser íntegro, más allá de todas las otras imperfecciones. Ojalá que escribir esta novela de ficción lo haya llevado a Abraham a un estadío de reconciliación con el duro oficio de existir. Al menos en la novela, Nico alcanza a vislumbrar como se atraviesa la puerta de la caverna. Es un final feliz. Silvia Bonetti

La dificultad
Tomás Abraham
Literatura Random House
472 páginas
Página Web de Tomás Abraham

Vota esta nota

¡Haz clic en una estrella para puntuarlo!

Promedio de puntuación / 5. Recuento de votos:

Hasta ahora, ¡no hay votos!. Sé el primero en puntuar este contenido.

Publicado en:

Deja una respuesta