Felicitas – Intérpretes: Cecilia Figaredo, Lucas Segovia, Benjamín Parada, Raúl Candal, Soledad Drago, Lucas Oliva, Jonatan Luján, Valentín Fernández y el Ballet Argentino, con dirección de Julio Bocca – Guión: Elio Marchi – Vestuario: Renata Schussheim – Coreografía y Puesta en escena: Ana María Stekelman – Música: Sergio Vainikoff – Producción artística: Lino Patalano.
Felicitas nos retrotrae a la mitad del siglo XIX, en nuestras tierras, para contar la historia de amor de una heredera de familia de hacendados. Elio Marchi supo relatar magníficamente y sin palabras el misterioso crimen de Felicitas Guerrero, llevado a escena por el Ballet Argentino, con dirección de Julio Bocca.
El comienzo del espectáculo, con la aparición de los Tamboreros del Río de la Plata, vestidos en rojo, ya presagia el desarrollo del sangriento final. La escenografía virtual utilizada por esta producción no es nueva, pero no por ello deja de ser sorprendente. La tecnología de proyección que utiliza luces y sombras, con el paso del tiempo en constante y sutil cambio, ya se había utilizado en Adiós hermano cruel. El sistema engaña al ojo del espectador -tal como el tromp l’oeil en la pintura- y genera una sensación de tercera dimensión que parecería erigirse sobre el escenario como si se tratara de algo corpóreo. De este modo, aparecen lugares naturales, plenos de detalles, que con la escenografía convencional serían practicamente imposibles. Acompaña en forma destacable el vestuario de Renata Schussheim, con texturas, colores y formas que marcan el talento creativo de quien es ya un ícono con sello de calidad.
Raul Candal hace su reaparición en escena después de mucho tiempo y da clase de danza. Personificando al mayordomo o a la muerte, demuestra -con su prestancia, su elasticidad y su elegancia- que es un bailarin de fuste, cuyos 55 años no solo no hacen mella en la plasticidad de sus movimientos sino que la experiencia y la trayectoria son importantes. Cecilia Figaredo compone una Felicitas etérea, consustanciada con el personaje, quien con su blanco atuendo parecería despegar no sólo sus pies del escenario sino su cuerpo todo, en la búsqueda de una celestial felicidad que no pudo encontrar terrenalmente. En tanto, el Ballet Argentino deja ver que está sabiamente dirigido y preparado por un colosal conocedor de este arte. La música compuesta por Sergio Vainikoff es precisa en la creación de los climas necesarios. Todos brillan con la coreografía pergeñada por Ana María Stekelman, brindando un espectáculo de una incomparable plástica y estética, como los que nos tiene acostumbrados el inquieto y perspicaz Lino Patalano en cada una de sus producciones. Martin Wullich
Se estrenó en el Teatro Opera
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