ESCALANDRUM + ELENA ROGER, Piazzolla reinventado

Estupenda musicalidad en inicio de gira internacional

Elena Roger & Escalandrum - 3001 Teatro Coliseo 2016 - Parte 1

Dieciocho años de existencia tiene Escalandrum como ensamble estable, algo muy destacable en el contexto del jazz local, donde los grupos se arman y se disuelven con mucha facilidad. Por eso hemos tenido ocasión de escucharlos en repetidas ocasiones y en marcos muy diversos. Esta constancia ha fructificado en una solidez y una versatilidad notables, que el público reconoce y aplaude. Liderado desde la batería por Daniel «Pipi» Piazzolla, nieto de Astor, y dirigido musicalmente por el pianista y arreglador del grupo, Nicolás Guerschberg, el grupo ha encarado desafíos de lo más variados, algunos comentados en este mismo portal. Para este espectáculo, 3001 Proyecto Piazzolla, el foco ha sido puesto de manera puntual en las canciones.

Existe una tradición en la relación de Piazzolla con los cantantes que él mismo fue eligiendo para que interpretasen sus canciones, dentro de la cual el nombre de Amelita Baltar ocupa un lugar preponderante. Elena Roger, conocida por haber sido elegida por Andrew Lloyd Weber para interpretar el papel de Evita en su musical en 2006 y 2012, no intenta imitar a Baltar, sino que le pone su propio sello a cada canción. El estilo podrá gustarle más o menos a cada uno -siempre sucede- pero esta actualización está en línea con la reelaboración que de por sí propone Escalandrum, cuya formación es bien diferente de cualquiera que haya imaginado Astor en su hora. Es verdad que el apellido Piazzolla legitima de alguna manera cualquier intento, pero las cosas van mucho más allá de este detalle: en la manera de encarar estas músicas hay una autenticidad, una fuerza y un profesionalismo que marcan una continuidad casi natural con la revolución que en su momento planteó cada una de estas composiciones bajo el rótulo de Nuevo Tango.

El trío de metales integrado por Damián Fogiel, Gustavo Musso y Martín Pantyrer, luciendo los sonidos del clarinete bajo, es preciso y por momentos demoledor, completando la formación Mariano Sívori en el contrabajo. Una puesta escénica sencilla pero efectiva, basada en retroproyecciones en una gran pantalla usada como telón de fondo, sirvió para darle un marco visual interesante a los diferentes temas. Por momentos, al comienzo del recital, el sonido del micrófono de Roger no estuvo bien ecualizado, pero luego se fue corrigiendo y el público se fue muy satisfecho. La presentación  marcó el inicio de una gira por el interior, que se extenderá luego a otros países, para incluir el festival de jazz de Montreal en Canadá.

Un párrafo aparte merece la genialidad de Astor Piazzolla ya no sólo como compositor, sino en su habilidad a la hora de comprometerse con quienes se ocuparon de escribir los textos de cada una de estas canciones, en particular ese enorme poeta que fue Horacio Ferrer, autor de la mayor parte de las palabras que representan la mitad de la magia de estas joyas de la música argentina, sin que esto haga mella, por supuesto, a los méritos de Mario Trejo como autor de la letra de Los pájaros perdidos, Pino Solanas en el caso de Vuelvo al Sur, o David McNeal con esa bellísima balada francesa que es Oblivion. Pero únicamente Ferrer fue capaz de disparar versos tan potentes como para arrancarnos lágrimas, por ejemplo, en cada interpretación de Balada para mi muerte, cuando le hace decir al cantante: «Hoy que Dios me deja de soñar, a mi olvido iré por Santa Fe, sé que en nuestra esquina vos ya estás toda de tristeza, hasta los pies. Abrazame fuerte que por dentro me oigo muertes, viejas muertes, agrediendo lo que amé. Alma mía, vamos yendo, llega el día, no llorés». Germán A. Serain

Fue el 6 de mayo de 2017
Teatro Coliseo
Marcelo T. de Alvear 1125 – Cap.
teatrocoliseo.org.ar

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