El gorila – Actúa: Brontis Jodorowsky – Vestuario: Elisabeth De Sauverzac – Iluminación: Arnaud Jung – Autores: Alejandro Jodorowsky y Brontis Jodorowsky – Sobre textos de: Franz Kafka – Música, Escenografía, Adaptación y Dirección: Alejandro Jodorowsky
Un gorila se presenta ante académicos notables para narrar su “evolución” hacia la humanización, todo su complejo adiestramiento para pertenecer a la sociedad y cómo astutamente saca provecho de sus conocimientos adquiridos tras algunos tropezones de ingenuidad pero seguros intentos. El trabajo de caracterización que realiza el protagonista para pasar de humano a gorila es llamativamente superlativo. El gran dominio corporal que por años ha trabajado el actor y que jamás abandona sobre las tablas es digno de ovación. No es poco encorvar su cuerpo y extremidades para caminar durante más de una hora como un simio, ser naturalmente histriónico y mantener la concentración para no olvidar ningún detalle del maravilloso texto escrito por su padre Alejandro Jodorowsky, basándose en el texto Informe para una academia de Franz Kafka. Es gratificante encontrar una obra donde actuación y puesta no tienen falla alguna, junto a la observación de un cuerpo entrenado y alineado con un texto bien escrito y un decir exquisito.
Brontis Jodorowsky se desplaza magistralmente desde esa corporalidad, recreando momentos como la captura en la lejana Costa Dorada, el posterior traslado y adiestramiento del gorila a la civilización. Brontis crea y divide espacios en acciones mímicas, caracterizando una caja, una jaula, una puerta o una banana en impetuosos movimientos. Los elementos escenográficos son escasos pero ventajosos. Un trío de colorados muebles, algunos cuadrados apilados y gigantografías con ilustres rostros en blanco y negro son equilibradas con su histrionismo impecable, que a su vez desdobla para reencarnar los personajes que van apareciendo en su aventura.
Esta pautado romper la cuarta pared para interactuar e integrar al público como nómina del espectáculo. Asi, él no esta solo, tiene un gran elenco en cada función. Es verdaderamente subyugante escuchar las últimas reflexiones del desmotivado gorila, jactándose de las ventajas perdidas como animal y lo vulnerable de su nueva vida como humano, deseando olvidar lo aprendido, perder todo lo material, renunciar a lo logrado por volver a su ambiente natural, dejando un ámbito que considera artificial.
Padre e hijo Jodorowsky se unen para producir un imperdible producto teatral, el tercero de este duo profesional. No hay duda de que el talento lo llevan en el ADN, transmitido generacionalmente en colosales espectáculos. Andrés Ruiz Quintero
Se dió hasta Julio 2013
Teatro Sarmiento
Av. Sarmiento 2715 – Cap.
(011) 4808-9479
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