Con un apacible inicio y bastante aflicción, la pieza muta imprevistamente su dinámica, colmándose de misterio y confusión. El espacio teatral de Timbre 4 es perfecto para crear un escenario natural y creíble; la sala es el living de una casa con escalera, patio y baño a la vistadonde el espectador vive de lleno la trama, como si espiara a los actores.
Dos hermanas, ambas madres, viven juntas. A pesar del vínculo fraterno, son sumamente dispares en carácter y vivencias. El regreso de un hijo perdido luego de 10 años revoluciona el lúgubre hogar, acentuado por la visita del cura del pueblo que suma confusión y enredo.
La dramaturgia de Lautaro Perotti es vivaz y enigmática, lograda con buena composición de personajes e inteligente dirección del mismo autor. La atractiva mixtura de presente y pasado mantiene en constante tensión al espectador.
El grupo actoral es formidable. Se destaca Julián Krakov como hijo rebelde y sobrino protector, absolutamente bestial y perturbador. También se lucen Andrés Ciavaglia, como el hijo que vuelve al hogar, clave en la oscura historia, reservado y temeroso, con feroz y cambiante humor; y Adriana Ferrer que personifica a la madre sumisa y humilde, sometida por su propio hijo y tenaz hermana.
Lo más oscuro de esta singular familia sale a flote, los conflictos se agudizan y hasta el más endeble se convierte en bestia, aportando atractivo a la desenfrenada cronología que titula la obra. Es una acertada y recomendable opción para descubrir el teatro alternativo. Cristian A. Domínguez
Viernes a las 21.30
Domingos a las 21
Teatro Timbre 4
México 3554 – Cap.
(011) 4932-4395
timbre4.com
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