“Dicen que al otro lado del mar,
si cae en manos de un hombre,
la mariposa es atravesada con un alfiler…
¡Y la clavan a una tabla!”
En no pocas ocasiones los compositores occidentales se vieron fascinados por el exotismo de otras culturas y geografías, que tomaron como inspiración para llevar adelante diferentes obras. Tal es el caso de esta ópera, Madama Butterfly, con música de Giacomo Puccini y libreto de Giuseppe Giacosa y Luigi Illica, basado en la obra homónima de David Belasco. Acompañando el contexto general de la historia, Puccini introduce aquí y allá notas que buscan remitir al espectador al lejano Oriente, donde Cio-Cio-San se ilusiona primero, aguarda luego con suprema paciencia, como una Penélope rediviva, y se enfrenta finalmente al drama, haciendo suyo del peor modo posible el sentido de la espada que ha heredado de su padre: “Con honor muere, quien no puede conservar la vida con honor”.
El estreno de esta ópera se llevó a cabo en la Scala de Milán en 1904. Unos años más tarde, en ocasión de su estreno neoyorkino, un nipón llamado Jihei Hashigushi expresó su particular sentir en un artículo publicado en un periódico de entonces: “No puedo decir nada a favor de la música de Madama Butterfly. La música occidental es demasiado complicada para los japoneses. Ni siquiera la reputada manera de cantar de Caruso nos parece mucho más atractiva que el ladrido de un perro en un bosque lejano”.
Probablemente desde una mirada japonesa la ópera de Puccini desvirtúe muchas cosas, tanto narrativa como musicalmente. Pero desde nuestra perspectiva, se trata de una obra maestra, que en esta ocasión fue recreada con muchísima calidad, tanto escénica como vocal. Todos los protagonistas del primer elenco, que tuvimos ocasión de apreciar, se lucieron: Cintia Velázquez como Butterfly, Marcelo Gómez como el engañoso Pinkerton, la excelente Rocío Arbizu como Suzuki, un sobrio Ernesto Bauer en el rol de Sharpless y un histriónico Norberto Lara como el casamentero Goro. La orquesta, a cargo de Antonio María Russo, ofreció un marco musical sólido y preciso, en tanto la puesta en escena, a cargo de Ana D’Anna, tuvo el mérito de trasladarnos efectivamente hasta ese rincón de una cultura lejana, que sin embargo resulta cercana y comprensible a través del drama que viven los protagonistas de esta historia.
El magnífico trabajo que viene haciendo desde hace años Juventus Lyrica para la difusión de la ópera y en especial en favor del desarrollo de los nuevos artistas en el género, tiene este año un excelente remate con esta Madama Butterfly. En la continuidad de esta iniciativa, la anunciada temporada 2017 incluye tres óperas italianas: Norma de Vincenzo Bellini, la inconclusa Turandot de Giacomo Puccini y un título bastante olvidado: El Conde Ory de Gioacchino Rossini. Germán A. Serain
Fue el 11 de Noviembre de 2016
Teatro Avenida
Av. de Mayo 1222 – Cap.
juventuslyrica.org.ar
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