Una vez más sorprendió el Maestro Zubin Mehta, al frente de la Orquesta Filarmónica de Israel, por su sonido y la elección de un repertorio deleitable, en una magnífica función a beneficio del Nuevo Hogar y Centro de Ancianos para la Comunidad Judía «LeDor VaDor». El maestro de ceremonias fue Martin Wullich, quien con mucha emotividad y sentimiento, narró la visita que había realizado esa misma tarde al hogar de ancianos y contó con sus propias palabras la obra que allí se lleva a cabo; luego cedió la palabra al presidente de la institución, Jorge Fainzaig.
La función comenzó con un breve homenaje a ambos países, Argentina e Israel, con un Mehta de espléndidos ochenta años, dirigiendo los acordes de los himnos de ambos países. La primera parte del concierto abrió con el Andante cantabile de Piotr Ilych Tchaikovsky. Se trata, en realidad, del segundo movimiento del Cuarteto de cuerdas No. 1 en re mayor Op. 11, que, al igual que otras porciones de obras, ha cobrado autonomía y se suele interpretar aislado de la obra completa. Esta pieza de carácter melancólico fue inspirada en una canción folklórica que Tchaikovsky escuchó en casa de su hermana.
De la melancolía rusa se pasó a la grandilocuencia del Konzertstück para cuatro cornos y orquesta en fa mayor Op. 80 de Robert Schumann, con la participación de los solistas Dalit Segal, Michael Slatkin, Itamar Lesern y Yoel Abadi, todos ellos precisos y contundentes. El mismo nombre de esta obra es una particularidad ya que las konzertstücke o piezas concertantes suelen constar de un único movimiento, cuando en realidad esta tiene tres (Lebhaft, Romanze, Sehr Lebhaft). Después del intervalo, siguió la Sinfonía No. 9 en do mayor D. 944 de Franz Schubert. Bien llamada “La grande” por su belleza armónica y expresividad, es la última sinfonía del compositor vienés fallecido a sus prematuros treinta y un años y fue estrenada de manera póstuma gracias a que la descubrió Robert Schumann.
Llamó la atención el poco conocimiento del público que aplaudía entre movimientos y a veces en algún silencio marcado por la partitura, cosa que ocurrió en más de una oportunidad y provocó que otra porción del público intentara acallar los aplausos a destiempo; incluso el mismo Mehta debió hacer alguna indicación con la mano para evitar que los músicos se desconcentraran. El concierto de la Filarmónica de Israel, que fue impecable en cuanto a la ejecución de principio a fin, tuvo su momento emotivo con un preferido de Zubin Mehta a la hora del bis: Por una cabeza, de Gardel y Le Pera. Viviana Aubele
Fue el 22 de agosto de 2016
Teatro Colón
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