Esta singular comedia musical, autoría del multifacético Ricky Pashkus, plantea una cuestión clásica en la historia de la humanidad, el tiempo. En un sauna romano, un consistente surtido de personajes expone su mirada sobre el tema. La pieza se presenta desestructurada, desde el inicio rompe la cuarta pared con Darío Barassi como el relator, y luego siguen, uno a uno, compartiendo su sabiduría con el auditorio, sin timidez ni límites. Aparecen la sensualidad y las ideas abstractas en un muy buen clima.
La dinámica no decae en ningún minuto. Diestramente dirigido por el autor, el grupo actoral es muy bueno y cada uno tiene su momento para demostrar su talento asi en la actuación como en las canciones, una premisa que algunos aprovechan con brillantez y simpatía en su contacto con el público. Pepe Cibrián Campoy, en un personaje divino, transmite emoción y sabiduría denotando su vasta trayectoria, sin exageración y como en una clase abierta a sus discípulos.
Tanto la escenografía como el vestuario son sutiles. Con sólo unas columnas, duchas, piletas y cubos de mármol sumado a las túnicas blancas que todos visten, contradicen las personalidades representadas. Es muy acertada la iluminación de David Seldes. También son destacables y muy deleitables las canciones, algunas en español y otras adaptadas por Marcelo Kotliar. La estupenda banda en vivo, encabezada por Damián Mahler, potencia la puesta.
La creación de Pashkus transita difíciles textos con canciones y atractivas coreografías, en una historia que invita a reflexionar sobre cómo encarar la vida, sin perder el tiempo en lo irrecuperable y tomando conciencia de los cambios para modificar ciertos cómodos rumbos. Cristian Alberto Domínguez
Se dio hasta fin de marzo 2016
Teatro La Comedia
Rodríguez Peña 1062 – Cap.
(011) 4815-5665
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