La escultura de la foto es testigo de los arribos y las partidas que a diario ocurren en la estación terminal de ómnibus de la ciudad de Villa Mercedes, San Luis. Está en la plataforma de ingreso de los micros, en uno de los extremos, y en su alma de madera repercuten la indiferencia de los recién llegados o la curiosidad de los que aguardan subirse al micro. Vista de frente, la obra muestra la figura de una mujer, con la cabeza erguida, tomándose el vientre con la mano derecha; parece estar apoyada sobre una roca o un promontorio, y el tocado se asemeja a un gorro frigio. Forma parte de un patrimonio desamparado, junto a otras piezas.
Aunque estas son conjeturas: nada hay en las inmediaciones que dé cuenta de su autor, el título, las medidas, el material, y el año de realización. El intrigado turista puede pasar horas -o, al menos, los minutos que restan para la llegada de su ómnibus- buscando algún indicio que aclare al menos de qué se trata o a título de qué fue puesta allí, en un lugar tan poco ortodoxo. No queda claro si la dejaron por alguna razón que obedezca a algún fin estético o significativo, o porque no sabían dónde ubicarla. Sin embargo, una visita al interior de la estación terminal mostrará al desprevenido transeúnte más esculturas, y un mural.
Lo curioso es que, al igual que la escultura de la plataforma, estas obras no poseen ningún cartel que las identifique para quien recorre la terminal, sea ciudadano, o turista, sepa de qué se trata. La única escultura identificada se intitula Tensión, y el autor es Roberto Tessi. Este mismo apellido figura en el mural. Salvo esto, en el salón improvisado donde descansan las esculturas, no puede verse ni un solo cartel que explique cómo se llaman las obras. Tampoco, claro, se sabe quién hizo la curaduría. O a cuento de qué existe semejante exhibición en un lugar tan anodino como puede ser una estación terminal de ómnibus en una ciudad del interior. Y lo de “anodino” es por el descuido y la falta de sentido estético que parecen ser la norma y no la excepción en el diseño del común denominador de las estaciones terminales.
Roberto Tessi nació en Villa Mercedes en 1944. Fue pintor, escultor, escenógrafo, historiador, docente, divulgador de la cultura de su provincia, y hasta incursionó en política. En Buenos Aires estudió en las escuelas nacionales de arte Manuel Belgrano y Prilidiano Pueyrredón. Sus obras se exhibieron en lugares tan lejanos como Canadá o Cuba; y su arte se exhibe en varios puntos de la ciudad mercedina. Un caso es la escultura en honor a la Madre Cabrini, en pleno centro de Villa Mercedes. Tessi también fue el responsable de restaurar el monumento al aviador Manuel Origone, cerca de las vías del ferrocarril.
Los distintos medios puntanos se hicieron eco del fallecimiento de este artista tan gravitante en la vida cultural mercedina y publicaron los consabidos obituarios. Sin embargo, llama la atención el silencio en el sitio web de la Municipalidad de Villa Mercedes, cuya sección de “Cultura” –con escaso material de referencia- se halla subsumida en la categoría más general de “Deportes / Cultura / Turismo”. No se encuentra en el sitio web ni una sola mención de la partida de esta figura de la cultura puntana que tanto amó a su ciudad y que tanto le dejó.
Entonces, nos preguntamos: ¿las obras que están exhibidas en la estación terminal de ómnibus son todas de Roberto Tessi? Por la importancia de Tessi para la vida artística de Villa Mercedes, y acaso por el estilo de las obras, podría decirse que sí. O, aunque sea, podemos inferirlo: después de todo, de las siete esculturas que están emplazadas en el interior de la terminal, solo una está identificada con su nombre. Pero ¿cómo estar seguros? Si no hay información fehaciente, si quienes deben velar por el cuidado del acervo cultural miran para otro lado y no “hacen los deberes”, mal podría uno -que viene de afuera- tener la respuesta.
Por último, es oportuno aclarar que esto es solo un ejemplo del desinterés y la desidia que imperan a la hora de hablar de cultura en nuestro país. Ya se ha tratado en este portal sobre la intempestiva aparición de una pequeña estatua frente al mar, en Mar del Plata, y de un teatro tandilense que espera en soledad que alguna vez vuelvan a abrir sus puertas al público. Ni hablar de los actos de vandalismo que las esculturas de todo el país sufren a perpetuidad. ¿Alguien recogerá el guante y le dará a Roberto Tessi y su obra el lugar que se merecen? ¿Tendrán, finalmente, la atención debida las obras de arte de la estación terminal mercedina? Viviana Aubele
La muerte de Toto Tessi en todovillamercedes.com