PASTA DE ESTRELLAS, supernova enharinada

Una fábrica de pastas, una telenovela y una diva en decadencia para un olvidable pasticcio

Pasta de estrellasElenco: Soledad Silveyra, María Merlino, Noralih Gago, Sergio Mayorquin, Emiliano Pandelo – Escenografía: Cecilia Zuvialde – Iluminación: Eli Sirlin – Vestuario: Mariana Seropian – Música: Mauro García Barbe – Autor: Gonzalo Demaría – Dirección: Ciro Zorzoli

En un lugar del conurbano, Martha (Soledad Silveyra), una ex estrella de las telenovelas de la tarde, pasa su anonimato forzado recluida entre las cuatro paredes de la cocina de una fábrica de pastas, acompañada por Edith (María Merlino), su admiradora, guionista y pareja. En sus vidas irrumpe desde el pasado Amanda (Noralih Gago), otrora galán de telenovelas devenido hoy en travestido. La aparición de este personaje pretende arrojar luz sobre por qué Martha dejó la actuación. El único contacto con la realidad de la estrella de antaño es Edith, además del muchacho del delivery, un rapero (Sergio Mayorquin) que quiere un romance con Amanda. Un locutor en off (Emiliano Pandelo) al mejor estilo años sesenta, cuya voz se escucha tras bambalinas, toma gradualmente la escena e interviene en la historia.

En Pasta de estrellas, el autor Gonzalo Demaría teje una historia que, de por sí, es entretenida y puede dar pie a un sinfín de gags y situaciones de enredo, propios de una comedia. La puesta en escena es muy acertada: fuentones con masa lista para ser amasada, harina que vuela cada tanto, el típico cortinado que separa la cocina de las fábricas de pasta con el lugar de atención al público y un teléfono de los del célebre plan Megatel para tomar los pedidos. El vestuario y sus colores exageradamente chillones ayudan a resaltar lo caricaturesco de los personajes, sobre todo la indumentaria y el peinado a lo rockabilly del engolado locutor.

Pese a todo, la mezcla de estos ingredientes puede no resultar en una receta eficaz. Las intervenciones de Pandelo son lo mejor de la obra y le dan el toque humorístico que, en el caso de otros personajes, no se puede apreciar en su totalidad. Noralih Gago se entiende muy bien con Mayorquin, y ambos forman una dupla interesante: Amanda, imponente y avasallante, mientras que el rapero, un joven hincha de Lanús, de tanto en tanto trata infructuosamente de conquistar a la recién llegada. Aunque Merlino hace las veces de una sensata Edith, su modo de modular la voz puede terminar aturdiendo conforme avanza la obra.

Silveyra, por su parte, parece cualquier cosa menos una estrella de las telenovelas de antaño (imposible evitar el recuerdo de Mónica Helguera Paz en Rolando Rivas, taxista). Es lógico que en una comedia el grotesco es lo que más resalte, pero la interpretación del personaje de Silveyra lejos está de reflejar a una diva de entonces. Y ya que la actriz protagónica hace “de sí misma”, uno esperaría que su personaje remitiera más, por ejemplo, a la actriz principal de aquella mítica telenovela. Una lástima, tratándose justamente del personaje más importante de Pasta de estrellas y, quizás, el anzuelo para que el público acuda a ver la obra. Viviana Aubele

Jueves a las 20.15
Viernes y sábados a las 19.30
Domingos a las 19
Lunes 19-6-2023 a las 19.30
Paseo La Plaza
Av. Corrientes 1660 – Cap.
(011) 6320-5300

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