Orfeo en los infiernos (opereta) – Música: Jacques Offenbach – Principales intérpretes: Carlos Natale, Mercedes Arcuri, Santiago Martínez, Eugenia Fuente, Ricardo Seguel, Víctor Torres, María Castillo de Lima, Paula Almerares, Daniela Prado, María Savastano – Música: Jacques Offenbach – Orquesta y Coro: Estables del Teatro Colón – Dirección musical: Christian Baldini – Diálogo y Versificación: Gonzalo Demaría – Escenografía: Gonzalo Córdoba Estévez – Vestuario: María Emilia Tambutti – Iluminación: Verónica Alcoba – Diseño de video: Matías Otálora – Coreografía: Carlos Trunsky – Dirección de escena: Pablo Maritano
La llamativa apertura con el mural de incontables televisores anuncia una puesta en escena que nos sorprenderá en cada acto de esta parodia del mito griego de Orfeo y Euridice, en la que Orfeo desciende a los infiernos a buscar a su amada. El personaje de La opinión pública, muy expresivamente caracterizado por la mezzo Eugenia Fuente, ya plantea un texto contemporáneo en el que menciona, por ejemplo, a la red Twitter. El director de escena Pablo Maritano sitúa inicialmente su montaje en un edificio residencial con una terraza siempre soleada. Con destacado sentido estético y funcional, la puesta en escena incluye un ascensor, reposeras, cuadros y otros elementos que subrayan el absurdo del relato, imprimiendo al mismo tiempo el característico e inconfundible sello del régisseur, que se reflejará también en los restantes actos.
Maritano define con precisión los momentos cantados, tanto solistas como corales, acompañados de recitativos hablados en nuestro castellano rioplatense. Para eso ha contado con Gonzalo Demaría en la adaptación de los diálogos, quien aportó ingeniosas rimas, añadidos y juegos de palabras, que se suman a la agudeza cómica de la obra sin desdeñar sutiles referencias políticas locales, aunque alguien pregunte en algún momento: “¿Y Argentina, dónde queda?”. Términos denigrantes como “cornuda”, definir una situación “de mierda”, pensar en tomarse un Rivotril, o colar un apotegma como “hablando de Roma…” son aciertos que provocan risas por doquier.
La estética visual de bella paleta de colores, conformada por una escenografía superlativa, exquisitamente iluminada, un precioso e imaginativo vestuario con atuendos de diablos e insectos, y elementos como una mágica máquina transformadora o un colosal repelente, asombran en cada cuadro. Los bailarines y figurantes terminan de completar ese gran marco ornamental con bellas y pícaras coreografías diseñadas por el perspicaz Carlos Trunsky, ideales para recrear un tono vodevilesco y satírico que eclosiona con el clásico can can final.
En una versión tan bellamente teatral como musical, todos los cantantes cumplieron con ambas premisas y aportaron el necesario histrionismo para la comicidad creciente. Tal fue el caso de Carlos Natale en el rol principal, o el estupendo Aristeo que personificó Santiago Martínez. La labor de Mercedes Arcuri nos trajo una festiva Euridice, que brilló en Ah! quelle triste destinée así como en el dúo del Moscardón junto a Ricardo Seguel, impecable como Júpiter. Fue también relevante el trabajo de María Castillo de Lima como Diana, y se destacaron Paula Almerares y Víctor Torres. Si de voces hablamos, el excelso Coro Estable del Teatro Colón, que dirige Miguel Martínez, marcó otro notable capítulo. Acompañado por la Orquesta Estable, con dirección de Christian Baldini, nos estremeció en cada nota. Martin Wullich
Fue el jueves 7 de noviembre de 2024
Teatro Colón
Libertad 612 – Cap.
(011) 4378-7100
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