Il turco in Italia (ópera) – Compositor: Gioachino Rossini – Principales intérpretes: Erwin Schrott, Irina Lungu, Fabio Capitanucci, Santiago Ballerini, Germán Alcántara, Francesca di Sauro, Santiago Martínez – Escenografía: Gonzalo Córdoba Estévez – Vestuario: Renata Schussheim – Iluminación: Caetano Vilela – Diseño de Video: Matías Otálora – Orquesta: Estable del Teatro Colón (Dir.: Jordi Bernàcer) – Coro: Estable del Teatro Colón (Dir.: Miguel Martínez) – Dirección de escena: Pablo Maritano
Selim, príncipe turco, viaja a Italia a descubrir placeres. Prosdócimo, poeta, escribe un drama mientras se desarrolla la ópera, planteándose así -en escena- una trama paralela. Esta singular idea de teatro dentro del teatro nos presenta un personaje que manipula al resto como si fueran marionetas cuya historia conoce a la perfección. Estamos frente a la decimotercera ópera de Gioachino Rossini, que vuelve al escenario del teatro Colon después de 23 años. Compuesta a sus 22 años, el libreto es de Felice Romani sobre un original de Caterino Mazzolà. Lejos de L’italiana in Algeri, también de Rossini, esta obra se acerca más a Così fan tutte, de W. A. Mozart, rozando temas profundos como la fidelidad, la libertad de acción y la búsqueda de la felicidad.
Fiorilla es una hermosa mujer, manipuladora e insegura, que juega y experimenta con los hombres, comenzando por su marido Geronio, con quien lleva un matrimonio infeliz. A lo largo de la trama descubrimos su inconsistencia emocional que termina decantando en sometimiento y aceptación, pero sin llegar a pedir perdón. Si bien es una ópera buffa, no todo es comedia; hay componentes dramáticos que dan profundidad a los roles. Son personajes con historia como la de Zaida, una mujer con algunas crisis de su pasado no resueltas.
El director de escena Pablo Maritano ubica su puesta en un lujoso hotel, alrededor de los años 60. El poeta, por ejemplo, es el conserje. El resultado es brillante en estética y funcional a la trama. No faltan bellas estatuas, escaleras, una piscina y un spa con masajistas, reposeras, pinos y faroles. El proyecto todo es excelente y se lo percibe como el fruto de alguien que ama la ópera y la conoce en profundidad. Tanto la escenografía de Gonzalo Córdoba Estévez como el vestuario de Renata Schussheim son impecables trabajos de precisión y estilo. La iluminación de Caetano Vilela acompaña el planteo; si bien tuvo algunos momentos complicados, podemos cargárselos al hecho del estreno.
Es claro que Il turco in Italia tiene arias individuales para cada personaje, pero son las escenas de conjunto las que exponen la tensión entre ellos de manera magistral. En líneas generales podemos decir que los prestigiosos intérpretes están muy bien en sus roles aunque hay una sensación permanente de que todos pueden dar mucho más. Cabe destacar a Francesca di Sauro, en el papel de Zaida, por su manejo de la escena; más allá de sus dotes como cantante es una magnética actriz.
Irina Lungu tuvo momentos encantadores, como en Se il zefiro si posa o en el dúo Credete alle femmine con Erwin Schrott, menos vigoroso que cuando cantó Las bodas de Figaro o Don Giovanni en este mismo escenario. Santiago Ballerini encarnó admirablemente a Don Narciso y Santiago Martínez compuso un notable y querible Albazar de muy bella voz. El Coro Estable hizo un trabajo superlativo con la marcación de Miguel Martínez.
La Orquesta Estable del Colón, dirigida por Jordi Bernàcer , necesita ajustes que resultan obvios. Ya en la obertura se percibieron problemas de planos, y la ejecución tuvo momentos de pesadez y falta de un brillo que seguramente ha de aparecer en las próximas funciones. El diseño del video es lo más flojo de la propuesta; impreciso, con imágenes difusas y desligadas por completo de la estética planteada. Martín Roig
Fue el 5 de septiembre de 2023
Teatro Colón
Libertad 621 – Cap.
(011) 4378-7100
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