El Festival de Ópera Villera es un evento organizado anualmente por la Asociación Civil Centro Artístico Solidario Argentino (CASA), que tiene como sedes los barrios Padre Ricciardelli (ex 1-11-14) y Fátima (Villa Soldati) de la ciudad de Buenos Aires. Durante una semana, los barrios se convierten en escenario de diferentes actividades relacionadas al género lírico.
Las actividades de CASA comenzaron en 2010, por iniciativa de un grupo de docentes de música que buscaban aprovechar sus conocimientos y tiempo para generar un impacto positivo en la sociedad. La iniciativa significó terminar dictando clases gratuitas de música a más de 120 niños y adolescentes, bajo la dirección de la compositora Mailen Ubiedo Myskow, entregándose instrumentos de práctica en préstamo para los estudiantes. La enseñanza se complementa con salidas didácticas, encuentros, conciertos, giras, campamentos musicales y vinculación con espacios de formación profesional.
En 2021 se organizó la primera edición del Festival de Ópera Villera, con el objetivo principal de poner en escena creaciones artísticas relacionadas con el género lírico realizadas por el grupo de estudiantes de CASA y dar así visibilidad a la ópera que se crea desde los barrios. La iniciativa fue registrada en un documental, producido por Del Toro Films, que llevó el título de Ópera Villera, que pudo verse en el Espacio INCAA – Gaumont y en la plataforma CINE.ar.
Conversamos con Mailén Ubiedo para que nos cuente cómo fue el surgimiento de este proyecto y cuál es su estado actual de desarrollo.
La primera pregunta es casi obligada. Uno no suele asociar la ópera con eso que usualmente se identifica como “cultura villera”. ¿De qué se trata este proyecto y cómo nace?
Es exactamente así: uno no suele relacionar la cultura villera a la ópera, y por eso es también que le pusimos precisamente este nombre al festival. Porque en algún punto este proyecto busca demostrar que no importa el lugar donde uno nace, el tipo de formación que uno traiga ni ninguno de los prejuicios que de alguna manera están usualmente asociados a una condición para el disfrute de la ópera.
En este festival lo más importante es que hay un montón de personas, y en particular un montón de niños y adolescentes, interesados en la ópera. Eso gracias a que, a través de clases, una serie de talleres y encuentros de formación, se les muestra la ópera como algo posible. Porque si alguien no conoce algo, eso que no conoce nunca puede llegar a gustarle. Entonces, en principio hemos trabajado mucho en eso.
Imagino que los tiempos que corren no deben ser particularmente propicios para un proyecto como el que se han propuesto.
Este año es el primero en que, por falta de presupuesto, nos vimos obligados a suspender los talleres de formación que veníamos haciendo en cada una de las áreas. Eran talleres que abordaban trabajos de diseño de escenografía, de vestuario, caracterización, composición musical y teatro. Esos talleres permitían que los adolescentes tuviesen la idea de la posibilidad de un trabajo a futuro en el marco del arte. Era como decirles: el día de mañana vos podés vivir de esto, trabajar de esto, en alguna de estas áreas, y el trabajo sería más o menos así.
Entonces, de golpe ellos se conectaban con estas actividades, que tampoco son exclusivas de la ópera, porque el diseño de vestuario, la escenografía, el maquillaje, el diseño teatral, la dramaturgia, el libreto, o la composición misma, también pueden aplicarse al cine, a la publicidad y a otros ámbitos. Muchos de estos chicos se han interesado tanto que después se han anotado en carreras puntuales. Así que el festival también sirve como un nexo para incentivar a la formación, incluso universitaria. La mayor parte de los chicos que después se embarcaron en una carrera profesional probablemente no lo hubiesen hecho de no haber sido por el festival. Porque en algún punto les faltaba encontrar esa vocación. Y además hay una necesidad económica muy grande. Entonces, cuando aparece la vocación, se sostiene con la idea de “yo voy a trabajar pero también voy a hacer todo el esfuerzo posible para estudiar”. Así tenemos alumnos en la Universidad Nacional de las Artes, en distintos conservatorios, y esto se sostiene en la motivación por querer profesionalizarse en eso que han descubierto.
Todo eso es fundamental y necesario. Pero ahora es también muy difícil de sostener, porque hemos sufrido recortes muy grandes. Había un programa con el cual nosotros veníamos trabajando de forma articulada con el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, llamado Arte en Barrios, que lo cerraron completamente. Y de esta manera quedamos, no voy a decir a la buena de Dios, pero sí a la buena de los suscriptores que colaboran con nosotros donando mensualmente un aporte. Así y todo no tuvimos más remedio que cerrar los talleres, pero decidimos sostener de cualquier manera las galas del festival.
El perjuicio que ocasiona el cierre del programa, o por lo menos su puesta en riesgo, no solamente es artístico, sino también social. Es muy fuerte esto que contás de las vocaciones que se han puesto en marcha.
Y tal vez hay muchos otros que no se van a dedicar después puntualmente a estas actividades, pero ampliamos de todos modos su horizonte cultural. Y así comienzan a escuchar música sinfónica, a interesarse por otros espectáculos, y esto representa una formación de audiencia muy importante. Sobre todo porque hoy competimos contra un sistema en el cual todos escuchamos los mismos diez temas más difundidos, esos que ni siquiera nos interesan, pero que no podemos dejar de escuchar porque están impuestos por el mercado. Entonces también me parece importante por esto.
Como también son importantes las galas que hacemos en el interior de los barrios, fundamentales porque crean un nexo con la comunidad artística y académica, que muchas veces quiere colaborar y no están dadas las condiciones o el conocimiento necesario para hacerlo. Me refiero al conocimiento de cuál es la realidad adentro de los barrios. Así que nosotros funcionamos como nexo, y la gente viene y se ofrece para hacer lo que sabe hacer. Y comulga con los barrios de verdad.
Entiendo que de esta manera se produce un intercambio entre la cultura de dentro y la cultura de afuera de los barrios, por decirlo de alguna manera.
Claro. Un poco promovemos que los chicos de los barrios accedan a espectáculos a los que por ahí no irían de no estar nosotros en el medio. Y en los festivales los barrios ofrecen también un poco de su cultura tradicional. En una de las funciones de la edición de este año, que hacemos con la orquesta, van a venir los Tincus a bailar, por ejemplo. Nosotros vamos a tocar y ellos van a bailar algunas danzas que son propias de nuestro país, de la región del altiplano.
Y por supuesto también se trata de eso, del conocer, de sacar los prejuicios, de lograr que la gente ingrese al barrio, que vea la otra cara del barrio y de sus habitantes, que no es siempre la que te muestra la prensa, para poder generar desde allí un espacio más amplio de comunidad, con la excusa que nos brinda la ópera.
Y después pasa lo que te decía antes, que muchas veces hay niños que acceden a estas galas en los barrios y uno no sabe qué semilla está plantando en su cabeza. Hablo de aquellos chicos que no vienen regularmente a trabajar con nosotros. Chicos que por ahí están al cuidado de un padre o una madre con problemas de consumo, y que aunque no pueden hacer una actividad extracurricular porque no hay un acompañamiento de parte de una familia, de todos modos acceden a la posibilidad de escuchar a cantantes, una orquesta, y luego tal vez eso en algún momento germine.
Sé que además de las clases de música y el Festival de Ópera Villera la organización lleva adelante otros proyectos, como conciertos de orquestas-escuela que visibilizan la labor de estas organizaciones que también garantizan el derecho a la educación musical en diferentes barrios. Pero me gustaría saber cómo puede colaborar la gente con lo que ustedes hacen.
Ante el cierre de los programas de apoyo oficiales, no solo a nosotros, sino a muchas organizaciones sociales y culturales, nosotros decidimos inaugurar este año un sistema de donaciones mensuales, por medio de un débito automático, que nos permita asegurar la continuidad de la organización de nuestros proyectos. Pusimos un costo de suscripción muy bajo, para que cualquier persona pueda colaborar. Si alguno de los lectores de la nota desea suscribirse, en nuestra página va a poder encontrar toda la información necesaria, y también las actividades del Festival de Ópera Villera, si desea acercarse para ver el resultado del trabajo de nuestros estudiantes.
Contacto: operavillera@gmail.com
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