Muerde – Actúa: Alfonso Dibos – Maquillaje: Danna Ben Haim – Dirección visual: David Algar – Dramaturgia y Dirección: Francisco Lumerman
¿De qué forma nos relacionamos con aquel o aquella que alimenta nuestros deseos? ¿Qué sucede cuando la violencia se filtra en nuestros vínculos cotidianos, en la palabra y la forma de tomar contacto con nuestros afectos? René, el personaje de Muerde es pura pulsión, puro instinto. Canaliza sus frustraciones por medio de la agresión, ya sea verbal o física.
Toda la obra es un crescendo de intensidad emocional, un relato muy bien narrado y construido. El texto existía ya hace varios años (obtuvo el 2° lugar en el Premio de Dramaturgia del Fondo Nacional de las Artes 2017) pero fue adaptado para esta inusual puesta en escena, a la que quizás tengamos que acostumbrarnos por un tiempo. Estas transmisiones de teatro en vivo reflejan la angustia del encierro en que vivimos, pero también dejan ver nuestras ansias de comunicarnos con los otros a través del arte.
Mezcla de video, cine, performance, teatro, parecería que estas funciones teatrales en vivo, por medio de una plataforma digital, están configurando una nueva forma de contar historias, de vivir el hecho teatral, de construir la relación entre actores y espectadores. Al mismo tiempo, se crea una nueva sensibilidad, surgen nuevas maneras de apreciar el acontecimiento artístico, y podemos encontrar incipientes formas estéticas que hacen de esta crisis una oportunidad para la creación y el ingenio.
Como reconoció Alfonso Dibos, este tipo de encuentros, aún virtuales, tienen mucho de los elementos presentes en el teatro presencial. El actor dice que sintió las mismas palpitaciones que solía sentir en el teatro, la misma ansiedad mientras se iban sumando espectadores virtuales. Francisco Lumerman, el director y autor de la obra (en Argentina), supo encaminar la interpretación de Dibos (en Perú), por intermedio de la tecnología.
En la charla -vía zoom- posterior a la función, Dibos nos cuenta que el lugar donde transcurre la escena es su propia casa. Haciendo uso de lo cotidiano, apoyado por un equipo de producción, el actor supo maximizar el dramatismo de este relato que se cuela entre los huesos, que hiela la sangre y que, con los recursos expresivos del actor, se carga de fuertes emociones.
Dibos le brinda un cuerpo rotundo y vibrante al texto de Lumerman. Muerde es un texto nada fácil de abordar y que impide una visión desde lo políticamente correcto. Lumerman es más que un anatomista de las formas humanas, se diría que es como un asesino que disecciona el cuerpo humano y revuelve sus entrañas. Va hasta las últimas consecuencias.
La mordida canina y la del acto sexual confluyen en esta obra. Las sensaciones extremas se registran en la propia carne. Son esas zonas dolorosas las que revelan la verdad de nuestro ser y de una sociedad. En ese acto revelador que deja hasta las tripas al descubierto, Muerde es justamente eso, una mordida al espectador. Un ataque feroz que no dejará nada en pie. Milly Vázquez
Se dio hasta septiembre 2020
Duración: 50 min.
Francisco Lumerman en este Portal