LA TRAVIATA, en Mar del Plata

Atractiva versión íntima del clásico de Verdi

La traviata, de Giuseppe Verdi – Intérpretes: María José Dulin, Iván Maier, Fernando Santiago, Edith Villalba/Melany González Carrión, Pablo González Aguilar – Músicos: Horacio Soria, Jon Crespo Herrero – Vestuario: Mariella Daga – Música: Giuseppe Verdi – Dirección musical: Horacio Soria – Dirección escénica: Pablo González Aguilar

Mar del Plata cuenta con hermosos edificios históricos –algunos activos y otros a reconstruir- que podrían ser parte de un circuito cultural organizado, que sumaría un atractivo más a esta ciudad, a la cual llegan cientos de turistas cada verano: Villa Victoria, la llamada Casa del Arroyo, el devastado Parador Ariston, entre otras originales construcciones.

La imponente Villa Ortiz Basualdo -hoy Museo Castagnino- ha dado un paso importante en ese sentido, con la presentación de la ópera La traviata de Verdi, con dirección de Pablo González Aguilar, en versión reducida y adaptada para los cinco personajes principales, acompañados por violín y piano, cuya historia transcurre en los ambientes de la señorial mansión.

La idea es romper con los esquemas teatrales tradicionales, y para el público -recibido en la planta baja con champán y exquisiteces dulces- no es común tener a los cantantes a centímetros, ver sus expresiones y vivir junto a ellos, como privilegiados e invisibles testigos, el devenir de los amantes Violetta y Alfredo.

Mucho menos común es tener al mismísimo Verdi (Pablo González Aguilar) como presentador y guía en esta aventura dramática, dando detalles del contexto en que el compositor creó la ópera y sintetizando la trama argumental de cada escena. Neófitos, agradecidos, ante la imposibilidad de contar con sobretitulado, dadas las características de la puesta. No falta tampoco el llamado a la reflexión de los concurrentes sobre algunos puntos como la reacción de Germont ante la entereza de Violetta.

La resolución de la parte musical debe haber causado no pocos dolores de cabeza: ¿cómo solucionar la ausencia de coro y orquesta, y el traslado de los intérpretes de un salón a otro? La reducción de los números de La Traviata –extrayendo los segmentos grupales- y del acompañamiento a violín y piano fue la decisión de esta producción, que privilegia la teatralidad sobre la integridad de la música.

Yendo a las actuaciones, la soprano María José Dulin se llevó las palmas en la función que comentamos. Convincente en lo dramático y solvente en lo vocal, la cantante marplatense mostró  expresividad y frescura, y emocionó a la audiencia en el final, con la muerte de Violetta. Junto a ella, el tenor Iván Maier fue un Alfredo correcto, y Fernando Santiago encarnó a Germont con autoridad paterna.

Un dato para tener en cuenta: hay que apurarse a reservar las localidades, dado que en cada función el cupo de asistentes es tan solo de 40 personas. Y otro dato más: en el intervalo entre la segunda y la tercera escena los concurrentes son agasajados con un sabroso helado.

Bienvenida, entonces, esta original La traviata, que podría ser un puntapié inicial para otras producciones de similar contenido y nivel en La Feliz y –por qué no- en otros ámbitos de significación arquitectónica y cutural. Patricia Casañas

Fue el 25 de enero de 2019
Museo Castagnino (Villa Ortiz Basualdo)
Av. Colón 1189 – Mar del Plata
+(54-223) 486-1636
Web Museo Castagnino

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