El poder de la metáfora puede apreciarse en los textos de grandes poetas y en las obras de los artistas. La metáfora en el arte. Fundamentos y manifestaciones en el siglo XXI (Paidós, 2021, edición ampliada y actualizada) es una invitación de Elena Oliveras a explorar a fondo no solo el mundo de la metáfora sino de otras figuras retóricas imprescindibles para comprender el lenguaje artístico. El texto aborda también otros temas como el de la alegoría y el símbolo, íntimamente ligados a la esfera de lo metafórico. Vivimos en una época que desafía los límites, los bordes. Es entonces que viene la metáfora a socorrernos: cuando el lenguaje llega a un callejón sin salida, podremos recurrir a las semejanzas para mostrar las cualidades de los objetos y seres que nos rodean.
Julieta es el sol en la célebre obra de Shakespeare y el hombre es comparable a un lobo para el filósofo Hobbes. Son muchas las metáforas que encontramos en obras como las de René Magritte, quien comparó la sonrisa de la Gioconda con un cascabel. Con más fuerza que las verdades científicas, las verdades que presentan las metáforas se instalan y pueden dejar grandes influencias en las futuras generaciones. El rol del artista es precisamente hacer ver aquello que nadie ve, lo que una mirada común puede a menudo soslayar. Y en ese hacer ver la metáfora cumple un rol esencial, nos ofrece la semejanza como un modo de interpretar el mundo, despertando un nuevo ojo en el espectador.
Elena Oliveras es profesora en Filosofía por la Universidad Nacional del Nordeste y doctora en Estética por la Universidad de París. Asimismo, es Profesora emérita de la Universidad del Salvador y se desempeñó como Profesora Asociada de la cátedra de Estética, de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. Oliveras nos dice de qué forma el arte se diferencia de la locura y nos habla de la importancia de la metáfora para interpretar el mundo contemporáneo donde la cualidad de borderline es cada vez más frecuente para referirse a condiciones humanas extremas. La autora se refiere a la distancia que la obra de arte supone respecto de la realidad que representa. La metáfora permite este distanciamiento, al brindar una imagen de mundo; no es un mero adorno del lenguaje sino una necesidad. Y el artista, en tanto creador de potentes metáforas, puede ser visto como un ser peligroso para el sistema.
¿Cualquier persona es capaz de producir metáforas?¿Y de interpretarlas?
Según Aristóteles hacer metáforas equivale a ver con la mente las semejanzas y esto responde a un don, es algo “que no puede recibirse de otro y es signo de una naturaleza privilegiada”. Del mismo modo, solo podrán interpretar las metáforas aquellos que logren perfeccionar su capacidad de captación a través del estudio y la reflexión.
Por momentos el arte contemporáneo se aleja de la metáfora y se vuelve explícito; en lugar de representar, presenta, ¿lo ves así?
Aun las obras más realistas, aun las más documentales, nos dan imágenes del mundo y por esto también son metafóricas. Hablan de la necesidad de ver directamente y así remiten a un mundo mediatizado, es decir que dan imagen de un aspecto muy importante de nuestro mundo.
¿En qué se diferencia el discurso de un loco del discurso de una artista o poeta?
Según Lacan, el psicótico está habitado por una “pajarera de fenómenos”, por eso es incapaz de dar una nueva dimensión a nuestra experiencia Todo lo que hace ver está, de algún modo, vaciado de su persona. No es el caso de Proust, por ejemplo. Al asumir un nuevo orden de relación simbólica con el mundo, lo hace nuestro también.
¿Cuál es la importancia de la metáfora del borde para analizar el momento actual o las locuras a las que lleva el ritmo de vida contemporáneo?
Hoy se acentúa una condición humana fronteriza, que muchas veces linda con lo infrahumano. Es cada vez mayor el número de personas que viven un estado borderline, en el límite de la salud, de la línea de pobreza, de las condiciones mínimas de seguridad, de lo psicológico o sociológicamente tolerable. Películas como Joker (Guason) presentan elocuentes metáforas de esta situación, se rechaza allí la unión de lo bello y lo bueno del pensamiento griego. El cuerpo del protagonista no es bello, pero la danza hace que se acerque a la armonía implícita en lo bello; tampoco es bueno (mata a la madre) pero, sin embargo, nos identificamos con él. Son muchas las metáforas del borde que el cine nos ofrece, tal el caso de Maleficient (Maléfica), The Irishman (El irlandés) o Druk (Otra ronda). También la célebre banana que Maurizio Cattelan pega en la pared es metáfora del leve límite entre lo artístico y lo no artístico.
¿Cuáles son las metáforas más potentes que has encontrado en el arte referidas a un tema tan urgente como la ecología?
Uno de los artistas que, a lo largo del tiempo, ha desarrollado de modo coherente su pensamiento plástico en torno a la ecología es Tomás Saraceno. También resaltan las obras de Adrián Villar Rojas, Matías Duville o Florencia Levy.
¿Cómo se llevan el arte y el capitalismo? ¿Cuál es el lugar del artista ante el capitalismo salvaje?
El artista será siempre un productor de desvíos, tanto en un sistema capitalista como no capitalista. De allí que sea visto como un ser peligroso.
¿Es el arte, por medio de la metáfora, un lugar de manifestación de la verdad, incluso con mayor peso que la ciencia?
El arte es la más auténtica escritura de la historia. La verdad del arte no pasa nunca, mientras que los paradigmas científicos valen para una determinada comunidad y, con el tiempo, son reemplazados por otros.
¿Cómo puede el artista expresar la violencia, sin volverse él mismo violento?
Te respondo con una metáfora: los médicos curan y no por eso tienen que estar enfermos. Los artistas que hablan de violencia no necesariamente deben ser violentos. La intermediación del pensamiento les da la distancia necesaria para que no se identifique lo representado con quien representa.
¿Podría decirse que en el arte contemporáneo no hay tanta originalidad a la hora de crear nuevas metáforas? ¿Por qué hay tantas obras que pueden parecer banales o intrascendentes para el público, casi como chistes?
Muchas veces los artistas se sirven de metáforas muertas o lexicalizadas pero igualmente sus obras resultan originales. Es el caso de Picasso cuando representa a Françoise Gilot como una flor. La asociación mujer-flor no es original, pero Picasso suma nuevas connotaciones. A la belleza y fragilidad de la flor se suma la connotación de misterio al asociar la imagen de la hoja a la de una luna azul (se puede encontrar la obra en Internet: Mujer-flor). Y en las pp. 56-57 de mi libro la describo.
Guido Ballo divide al público según cuatro «ojos»: común, snob, absolutista y crítico (hay más información en mi libro Estética. La cuestión del arte). Lo que decís puede aparecer en el caso del «ojo común». Hoy para apreciar el arte hace falta un «ojo crítico», formado. Es el que podrá entender la ruptura epistemológica del mingitorio de Duchamp o la banana pegada a una pared con una cinta adhesiva de Cattelan como «síntomas» del mundo.
La metáfora en el arte
Elena Oliveras
304 páginas
Editorial Paidós (2021)
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Elena Oliveras es profesora en Filosofía por la Universidad Nacional del Nordeste y doctora en Estética por la Universidad de París. Profesora Emérita de la Universidad del Salvador, se desempeñó como Asociada de la cátedra Estética en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Es miembro de la Academia Nacional de Bellas Artes, de la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires, de la Asociación Argentina de Críticos de Arte y de la Asociación Internacional de Críticos de Arte. Publicó La levedad del límite, La metáfora en el arte, Arte cinético y neocinetismo, Cuestiones de arte contemporáneo, Estéticas de lo extremo.
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