No es el de Hamelin, pero encantó a los asistentes tanto o más que el flautista de la leyenda. Y no solo por el sonido de su instrumento sino por una simpatía personal que trasponía el escenario. Un programa muy bien elegido unió épocas barrocas y modernas sin solución de continuidad, que el talentoso Emmanuel Pahud tocó con parejo sentimiento e intachable profesionalismo. La Orquesta de Cámara Franz Liszt -que supo acompañar desde Menuhin hasta Rostropovich- demostró también su precisa entrega, evidenciada desde el inicio con el Concierto Brandenburgués No. 3 de Johann Sebastian Bach y multiplicada en la Suite Abdelazer -particularmente en la ejecución de su famosa Aria y el Rondó- y en el Divertimento K. 138 de Wolfgang Amadeus Mozart.
El sonido sutil y deleitable creció con la aparición de la flauta en La tempesta di mare, de Antonio Vivaldi, denotando el virtuosismo de Pahud desde el Allegro inicial que continúo con un delicado Largo y el gozoso Presto final. Esta misma sensación se daría en el Allegro assai del Concierto No. 3 de Federico El Grande con que terminaron la primera parte. El gran contraste musical fue puesto con la Balada No. 1 para flauta, piano y orquesta de cuerdas del suizo Frank Martin, con sus pasajes de cierta rispidez, donde Pahud aprovechó a demostrar sobradamente su talento en una interpretación magistral. El Concierto No. 2 de Giuseppe Saverio Mercadante fue un perfecto broche de cierre, donde Pahud volvió a marcar su encantamiento en el delicadísimo Largo.
Alentado por los interminables aplausos, Pahud obsequió dos bises: una preciosa y fluida versión de Libertango, de Astor Piazzolla, y Badinerie de la Suite Orquestal N0. 2 en Si Menor de J. S. Bach tocada cautivante y coloridamente. Martin Wullich
Fue el lunes 3 de junio de 2013
Teatro Colón
Libertad 651 – Cap.
mozarteumargentino.org
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