Diálogo de una prostituta con su cliente – Actúan: Javier De Nevares, Fernando Peña – Producción: Javier Faroni, Diego Scott – Autoría: Dacia Maraini – Adaptación y Dirección: Marcos Videla
Aun con un libro que no ha escrito él, aun dejándose dirigir, Fernando Peña no deja de ser Fernando Peña. Porque seguramente Dacia Maraini -autora de Diálogo de una prostituta con su cliente– no tiene la menor idea de quién es Diego Ramos, quien aparece repentinamente nombrado mientras el actor personifica a la prostituta del título. También es esa característica de inefabilidad lo que ha hecho parte del éxito del ingenioso Peña.
Su talento histriónico no le impide hacer lo que él tiene ganas de hacer, así se trate de modificar un texto o de extender la duración de una obra a su arbitrio. Tampoco creo que, en este caso, el director Marcos Videla haya podido hacer mucho para marcar la catarata energética que Peña despliega siempre que sube a escena. Sin embargo, está más contenido, aunque no lo parezca. Y eso es muy bueno. Es un paso muy importante hacia la mayor apertura del multifacético abanico de su carrera.
Muy bien acompañado en escena por Javier de Nevares, quien ya había dado sobradas muestras de su formación escénica en Sit down tragedy -el anterior espectáculo de Peña-, nos presentan la triste historia que se plasma en una habitación de prostíbulo durante el turno que el joven Figazza ha pagado para estar con Manila.
El preludio al acto sexual dará a conocer las intimidades y avatares de sus vidas -que tienen un pasado común-, con sus miedos, sufrimientos, dudas y culpas, generando emotivos momentos que no desdeñan el humor y el desenfado en el lenguaje, en los gestos y en los movimientos siempre lindantes con lo provocativo.
Escenas profundamente conmovedoras se suceden y amalgaman con otras rebosantes de una disparatada locuacidad. Es la forma de tamizar el drama patético de estos personajes que, en la intimidad de una habitación, esperan pasar un momento de comprada felicidad que los haga olvidar por un rato sus traumáticas penurias.
Tanto Fernando Peña como De Nevares saben imprimirle magia a cada personaje. Comunican y se comunican a través de ellos. Detrás del drama, detrás del humor, también hay amor. Son entendibles, son dignos de comprensión, no tienen maldad. Son queribles. Martin Wullich
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Se dio hasta junio 2009
Fernando Peña murió el 17 de junio
Teatro Metropolitan
Av. Corrientes 1343 – Cap.
Fernando Peña en Wikipedia
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