CASSAMATA, dislate ilusorio

Mónica Cabrera en una propuesta enmarañada

CassamataActúan: Camilo Balestra, Carolina Bergallo, Mónica Cabrera y Sofia Herrera – Máscara y objetos: Laura Sánchez – Iluminación: Verónica Lanza y Leandra Rodríguez – Libro y Dirección: Mónica Cabrera

CASSAMATA - www.martinwullich.com

Como es habitual en ella, Mónica Cabrera parte de una delirante idea propia, con su dirección y actuación, junto a un trío que personifica a sus hijos, conejos, una cucaracha, un policía, un delivery boy, y hasta la muerte misma, para contar una historia pletórica de metáforas. Una mujer llega a la casa donde va a vivir y la empresa de mudanzas ha enviado sus pertenencias a otro lado. El ascensor no funciona, falta gas, y el agua escasea porque se corta la luz. A duras penas consigue hacer llamados con decenas de teléfonos -parábola de la incomunicación recurrente en Cabrera- que siempre dejan trunca la conversación. Se pregunta si se cortó o le cortaron, dando lugar a brotes psicóticos que tampoco llegarán a buen puerto, pues no hay psicólogos disponibles cuando llama a la asistencia correspondiente.

En Cassamata, la autora utiliza símbolos y alegorías representativas con una estética de ensueños que remeda a Alicia en el país de las maravillas –de hecho el personaje lleva ese nombre- donde hay conejos por doquier, relojes vacilantes y música perturbadora, pero también aparecen la política con falsas promesas, el capitalismo, el racismo, la discriminación, la revolución, los crímenes, el suicidio y la relación entre padres e hijos. Es demasiado.

El parejo elenco pone todo de sí con muy buen resultado; Sofía Herrera es impagable en el momento de la muerte de la cucaracha; Carolina Bergallo brilla en el planteo recriminatorio a su madre; Camilo Balestra pasa con ductilidad y gracia de un personaje a otro. Hay una creativa realización de efectos, dibujos, máscaras y objetos, aunque la iluminación genera claroscuros inentendibles, sobre todo cuando aparecen las proyecciones.

Aun con momentos brillantes de texto y cierta magia, cuesta entender qué se ha propuesto esta vez Mónica Cabrera. Excelente actriz y comediante, tamiza el drama con humor e ironía. Sin embargo, la oscilación simbólica entre realidad y ensoñación desdibuja el derrotero ideológico, y la repetición de gags alarga inútilmente el resultado final. Martin Wullich

Se dio hasta fin de 2016
Teatro Empire
Hipólito Yrigoyen 1934 – Cap.
(011) 4953-8254
teatroempire.com

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