Aunque algo extenso y caótico en los diálogos que denotan euforia y excesiva ingesta de alcohol, es interesante el punto de partida -instalados primero en una discoteca y luego en un hotel de Cancún- que presenta a dos parejas amigas de vacaciones disfrutando cierto bienestar económico.
El relax esperado trae también reflexiones en esa amistad de tantos años y se plantean, desde diferentes puntos de vista, lo que podría haber sucedido si algunos hechos del pasado no hubiesen sido como fueron.
El texto propone un misterio subyacente dentro de un tono de comedia que se torna dramática a partir de una propuesta sorpresiva y el ulterior cambio de actitud de una de las mujeres. Sin embargo, el inesperado final sorprende. Es como si el autor hubiera decidido terminar la pieza sin que importase una resolución del conflicto y queda una retahíla de preguntas sin respuestas cuya principal intriga es si eso ha sido todo, o algo quedó sin decir.
Hay momentos muy entretenidos en lo humorístico y en el manejo de enredos. Hay buenas y muy parejas actuaciones, con específicas marcaciones de Rubén Segal, acordes al relato y con deleitables flashbacks. Hay escenas alegremente logradas con música disco de los ochenta, estilo YMCA, y una precisa interpretación en vivo de Javo Canolik, sobre todo en los climas de intimidad. La escenografía ha sido bien resuelta para recrear diferentes ambientaciones con tan solo algunos cambios de luz. Martin Wullich
Se dio hasta 2012
Teatro Beckett
Guardia Vieja 3556 – Cap.
(011) 4867-5185
