Carmen (ópera en cuatro actos) – Compositor: Georges Bizet – Principales intérpretes: Francesca Di Sauro, Leonardo Caimi, Jaquelina Livieri, Simón Orfila, Cristian De Marco, Sebastián Klastornick, Pablo Truchljak, Felipe Carelli, Laura Polverini, Daniela Prado e Iván García – Escenografía: Alfons Flores – Vestuario: Mercè Paloma – Iluminación: Alberto Rodríguez Vega – Orquesta Estable del Teatro Colón – Dirección Musical: Kakhi Solomnishvili – Coro Estable del Teatro Colón, dirige Miguel Martínez – Coro de Niños del Teatro Colón, dirige Helena Cánepa – Dirección de escena: Calixto Bieito
Este Portal reseñó, hace 12 años, esta misma puesta en escena en el teatro La Fenice, de Venecia. La ópera Carmen en versión de Calixto Bieito ha generado revuelo por donde ha pasado. La adaptación ubica la trama en la España de los 70 y, curiosamente, enfrenta el reto de mantener su propuesta, pues se han cumplido 25 años de su estreno. Por eso, entre otras cosas, suena anacrónica la advertencia previa sobre desnudos y violencia, que suscitó risas irónicas entre los asistentes. De hecho, la escena del bailarín totalmente desnudo que inicia el cuarto acto es de gran belleza, lograda por una sutil iluminación y estéticos movimientos. La escena final, en la que Carmen es apuñalada por Don José, aunque cruda, tampoco justifica la anticipación alarmista.
La idea de convertir la plaza de toros en una extensión de la platea crea una atmósfera envolvente e innovadora. Los grandes movimientos de masas, casi coreográficos, son muy atractivos. Sin embargo, cuesta encontrarle sentido a ciertos toques efectistas, como un guardia que corre en círculos vestido solamente con un slip. O los Mercedes Benz destartalados. O la mujerzuela que se pasea en tanga. Uno de los cuadros tiene una reposera y un arbolito como toda escenografía. En el final, el minimalismo llega a la nada misma con un escenario totalmente negro, casi en versión de cámara, sin gracia alguna, desdibujando incluso a los cantantes.
Francesca Di Sauro, en el papel de Carmen, ofreció una interpretación sensual que tuvo muy buen comienzo con L’amour est un oiseau rebelle en que apreciamos una voz pareja y expresiva, tal como había demostrado el año pasado en Il turco in Italia.
Sin embargo, la estrella fue Jaquelina Livieri, en su rol de Micaela. La soprano brindó una actuación de gran hondura emocional y notable destreza vocal. En el tercer acto, su interpretación del aria Je dis que rien ne m’épouvante generó uno de los momentos más conmovedores de la noche.
Leonardo Caimi, como Don José, se mostró seguro en las escenas dramáticas, aunque le faltó lirismo y sutileza para marcar el carácter del personaje. Simón Orfila, en la personificación del torero Escamillo, tuvo presencia escénica y se destacó en su célebre aria Toreador, en garde!
Un aspecto particularmente sobresaliente fue el desempeño del Coro Estable y el Coro de Niños del Teatro Colón. Ambos, con la dirección de Miguel Martínez (el Estable) y Helena Cánepa (el de Niños), ofrecieron un nivel sublime de calidad vocal y expresividad, con gran riqueza sonora. El director musical Kakhi Solomnishvili tuvo un buen desempeño frente a la Orquesta Estable, a la que marcó con precisión los matices de la rica partitura.
En síntesis, esta versión de Carmen es una propuesta audaz que, aunque tiene sus logros, enfrenta desafíos y exhibe falta de coherencia en algunos aspectos visuales que restan fuerza a la experiencia global. Una adaptación debe respetar el espíritu original de la obra. Martin Wullich
Fue el 12 de julio de 2024
Calixto Bieito en este Portal
Teatro Colón
Libertad 621 – Cap.
(011) 4378-7100
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