Desafiantes (2024) – Título original: Challengers – Estados Unidos, 131 min. – Género: comedia dramática, cine deportivo y romance – Elenco: Zendaya, Mike Faist y Josh O´Connor – Guion: Justin Kuritzkes – Música: Trent Reznor, Atticus Ross – Fotografía: Sayombhu Mukdeeprom – Dirección: Luca Guadagnino.
Tras dirigir películas sumamente exitosas como Llámame por tu nombre (Call me by your name) y Hasta los huesos (Bones and all), Luca Guadagnino inició este 2024 con su nuevo film Desafiantes, que ya ha sido aclamada por crítica y público. Aquí se nos presenta la historia de Tashi (Zendaya), una famosa jugadora de tenis retirada que entrena a su esposo Art Donaldson (Mike Faist), también tenista profesional. Luego de una racha de derrotas, Tashi lo inscribe en un torneo de menor relevancia en donde se enfrentará a Patrick Zweig (Josh O´Connor), su amigo de la adolescencia y el antiguo novio de su esposa.
La historia juega con el tiempo, al estilo de Christopher Nolan con Memento, saltando entre escenas cronológicamente desfasadas o de tiempos pasados que obligan al espectador a mantener la atención durante todo el film para comprenderlo por completo. Sin embargo, la historia está dividida en partes. Al igual que en otras películas del director, la aparición de inscripciones da cuenta al espectador del espacio-tiempo de las escenas venideras. Aunque suena simple, no se queda atrás al momento de representar emociones complicadas como el amor (sexual, erótico y romántico), la obsesión, la pasión o la frustración, entre otras.
Al igual que en sus películas anteriores, Luca Guadagnino nos demuestra en Desafiantes que es un especialista en representar personajes complicados (o atravesados por situaciones intrincadas), no sólo mediante el notable guion de Justin Kuritzkes sino a través de pequeñas sutilezas como miradas silenciosas o delicados movimientos. Las actuaciones no se quedan atrás y dan verosimilitud al frío vínculo que crean los personajes y al propio ambiente del tenis que estimula la competitividad entre jugadores, en este caso Art y Patrick. Sin embargo, esta frialdad no deja que el espectador empatice con alguno de los personajes, como en las últimas películas del director en donde podíamos encontrar personajes más amenos y cálidos.
La complejidad simbólica que presenta el film parece inabarcable. Desde la ropa (elección profundamente cuidada por el diseñador de moda Jonathan Anderson) hasta la comida reflejan aspectos e intenciones intrínsecas de los personajes y hacen a su riqueza cinematográfica. Asimismo, algo que ya es rasgo característico del director, la belleza estética del largometraje (fotografía a cargo de Sayombhu Mukdeeprom) se hace notar con su variedad de colores pastel y contribuye a la experiencia visual del espectador. La cámara de Luca Guadagnino no deja pasar ningún detalle inadvertido; explora la sexualidad de los cuerpos, resalta cada mirada de Tashi, los notables músculos de Art y las pequeñas gotas de sudor de Patrick.
Desafiantes ha generado controversia por sus diversas escenas eróticas -aunque sutiles-, que incluyen la presencia de los tres protagonistas en una tríada amorosa. Sin embargo, Luca Guadagnino demuestra nuevamente que una mirada es, a veces, mucho más reveladora (inclusive erótica) que una escena u oración explícita y explicativa. El film trabaja con escenas delicadas pero, al mismo tiempo, no deja de lado tomas grotescas con las cuales el director ya ha trabajado en Hasta los huesos. A pesar de haberse retrasado su estreno varios meses, Desafiantes se proyecta como una de las mejores películas del año, en tanto Luca Guadagnino se consolida como uno de los directores más exitosos de este siglo. Victoria Varacalli
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