LAS HERIDAS DEL VIENTO, soledades enfrentadas

Un relato atrapante en estupenda versión

Las heridas del vientoActúan: Paulo Bruneti y Luis Gnecco – Autor: Juan Carlos Rubio – Dirección, escenografía e iluminación: Oscar Barney Finn

Cuando su padre muere, el joven David decide hurgar en una caja cerrada con candado, que siempre ha ejercido un atractivo especial por el misterio de su contenido. Allí encuentra, prolijamente ordenadas, una importante cantidad de cartas de amor dirigidas a su padre durante muchos años, firmadas por un tal Juan. Sorprendido, decide ir en su búsqueda.

Tan absorbente y rico, como tremendo, es el texto escrito por Juan Carlos Rubio, que expresa minuciosamente los avatares de relaciones humanas, y en su analogía con el mismísimo teatro, asegura que la vida es como una sala vacía donde no hay nadie dispuesto a ver la función completa, a lo sumo un par de escenas. Así se encuentran el muchacho y quien ha conocido íntimamente a su padre, un hombre tan solo que mantiene diálogos con un gato que también ha desaparecido.

Vengativo y escéptico, asegura que todo en la vida se hace por interés, incluso el amor. Descree de la autenticidad, le gusta el misterio y afirma que alguna adicción no le hace mal a nadie. Desconfiado, pesimista, irónico y burlón, dice lo que le pasa por la cabeza, sin ambages, atropelladamente. Pero respeta la relación que ha tenido, aunque reconoce que el error es no haberse dado cuenta de que el amor no siempre son dos y puede ser un largo y aterrador monólogo.

Luis Gnecco transmite sobradamente esa fuerte personalidad, sustanciado notablemente con el personaje y expresando mucho con su mirada y movimientos. Asimismo, Paulo Brunetti, corporizando al sufriente joven castigado por su padre, para quien la violencia no necesitaba argumentos, emana sentimientos encontrados que piden amparo con mucha ternura. Se pregunta si es posible querer tanto que se llegue hasta el dolor. Es limitado y quejoso, sus ideas son confusas, y no cree en el amor pues nunca lo vio entre sus padres.

En una estupenda dirección, marcando sutil y equilibradamente los momentos de humor y los del drama, Oscar Barney Finn ha pergeñado una puesta en escena creativa que separa a ambos personajes en su particular mundo, con sus fijaciones y necesidades, también con su inmensa soledad. La  iluminación metódica y la música marcan momentos y separan épocas y lugares, con una escenografía pródiga en detalles elocuentes, sumándose al marco propicio para los hallazgos de Las heridas del viento y su sinfín de reflexiones. Martin Wullich

LAS HERIDAS DEL VIENTO (teatro), de Juan Carlos Rubio - martinwullich.com

Se dio hasta octubre de 2011
BAC – Suipacha 1333 – Cap.
(011) 4393-6941
aaci.org.ar/bac

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