LA OBEDIENCIA, contundente reflexión

Excelente trabajo sobre un caso auténtico

La obedienciaActúan: Fernando Armani, Mariano Guerra, Amadeo Pellegrino y Carlos Ponte – Vestuario: Graciela Caruso – Escenografía: Marina Devesa – Iluminación: Cristina Lahet – Música: Fernando Lerman – Dramaturgia: Claudia Carbonell y Alejandra González – Dirección: Claudia Carbonell

La obediencia es la historia de una relación de amistad epistolar histórica entre un piloto que se siente responsable de haber colaborado con un magnicidio –Hiroshima-, y un filósofo preocupado por las experiencias totalitarias del siglo pasado. El pecado por el error o la falta, el obligado compromiso del deber y la carga, la alienación y la paranoia, la subordinación y la humillación, el suplicio y el dolor, la acusación y la negación, la confianza y la amistad, forman parte del libro escrito para delinear el enaltecimiento de confraternidad que unió a Claude Eatherly y Günther Anders. La posibilidad de que el hombre sea inocente o no es casi nimia comparada con el sentimiento de culpa de quien se declara responsable de haber colaborado en un acto atroz, aun obedeciendo una orden de sus superiores, con total desconocimiento del tipo de misión en la que participaba, hasta conocer sus resultados finales.

Claudia Carbonell y Alejandra González han creado una estupenda dramaturgia que cuenta una historia dolorosa tamizada por cierta poesía e imágenes subyugantes. Diferentes espacios y climas son cambiados con blancos paneles, en un hallazgo creativo de la escenógrafa Marina Devesa, apoyada por la iluminación de Cristina Lahet y la música de Fernando Lerman .

La precisa dirección ha logrado de los actores un magnífico trabajo, particularmente en quienes no son los protagonistas principales sino que corporizan biógrafos, médicos, carceleros, jueces y hasta aeronaves. Mariano Guerra y Amadeo Pellegrino mutan con elocuente lenguaje gestual y corporal, transmiten emociones y dan a la historia una pátina de lirismo notable, sumada a estéticos y conmovedores cuadros en donde la correspondencia vuela por el aire, o comienza la nómina de nombres japoneses, personificando por momentos los pensamientos del subconsciente. Hay mucho para pensar, mucho para reflexionar, mucho para sentir. Martin Wullich

Se dio hasta fin 2011
El Camarín de las Musas
Mario Bravo 960 – Cap.
(011) 4862-0655

elcamarindelasmusas.com
Un buen resumen de la historia real

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