El barro se subleva – Actúa: Eduardo Misch – Músicos: Joaquín Chiban, Malena Medone y Federico Santisteban – Vestuario: Silvina Pedernera – Música: Martín Pavlovsky – Escenografìa, Iluminación y Dirección: Norman Briski
La obra El barro se subleva interpela pautas sociales y permite al espectador plantearse su existencia de un modo comprometido, donde lo impuesto puede ser demolido y vuelto a construir desde otra premisa, generando preguntas que rompen abruptamente la estructura cotidiana sobre uno mismo y su propia realidad. Eduardo Misch tiene a su cargo este unipersonal, poniendo cuerpo y voz a reales y heterogéneos personajes. Aun sin demasiado compromiso en cada interpretación, mantiene expectante al público. Mientras uno mismo busca dilucidar a qué se va enfrentando, podemos captar la angustia, el dolor, el sufrimiento, el placer y las frustraciones de estos personajes que intentan mejorar el mundo.
Norman Briski ha concebido como monólogo esta pieza que -nada casual en él- permite desdoblar a los personajes entre un aparente delirio y la sensibilidad a la vista, proveniente del mismo mundo que habitan. Acompañado de significativos elementos que, si bien parecen aislados, están intrínsecamente conectados, aparecen una mujer pintada en la pared, un ciervo, un perro, una rueda gigante que irrumpe por una fosa en medio de la sala, y un ropero por donde entra o sale en algunas escenas. Ellos nos permiten pensar el lugar del “ser” interior en relación a como debería ser el mundo, de modo de no pasar por él como un autómata.
Cada uno de los personajes desafía su realidad, atravesando los fracasos lógicos, para resurgir desde lo más profundo. Al salir, uno queda lleno de preguntas, sobre todo aquellas disparadas a partir de cambios que subyacen en nuestra intimidad. Sergio Boaglio
Se dio hasta fin de 2013
Teatro Caliban
México 1428 – Cap.
(011) 4381-0521
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