La ocurrente trama nos muestra a un joven que al volver a su casa se topa con una inesperada vuelta del destino: el abandono de su novia. Y eso no es todo, le aguarda una sorpresa más. No estará solo, un nuevo colega entra en su hogar. Es Reynaldo, un enorme perro (de peluche), con quien Joaquín comienza a convivir y se aventura a descubrir donde se ha ido Laura, su mujer.
Con una dirección muy dinámica, Fabián Caero se las ha ingeniado para que el multifacético artista Aníbal Brito entretenga sobradamente, demostrando el conocimiento de varias disciplinas de manera natural y espontánea en una historia simple pero muy divertida. Con una buena actuación y mucha destreza, el personaje resulta de gran simpatía. Alejandra Martínez lo acompaña con picardía y clownesca presencia en el papel de asistente en los momentos de magia y armado de la escasa escenografía. Completan el relato las voces en off de renombrados artistas.
Un chino es un unipersonal pequeño pero grande al mismo tiempo, con un versátil actor que crea de manera atinada un clima de diversión y ternura desde el principio. Sólo con un elemento, un muñeco de peluche, logra que en el público brote la emoción, la calidez y la imaginación. Es mágico cuando uno se olvida de la realidad y se deja llevar en un ingenuo viaje. Muy recomendable. Cristian A. Domínguez
Se dio hasta mayo 2017
Centro Cultural El Deseo
Saavedra 569 – Cap.
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