“Por qué vos y yo / tan pequeños / tan frágiles / tan huérfanos / insistimos / con la tenacidad / del fuego”, leemos en el poema Huésped. Dentro de Rojo, de Silvina Pizarro, conviven dos voces: la de la fragilidad y la de la fuerza. Porque las llamas tienen ese poder de destruirlo todo, pero también pueden apagarse de un solo soplido.
Rojo, editado por El Bien del Sauce, es sin dudas un libro compuesto de poemas que encienden imágenes en el lector. En estos textos, el pensamiento racional se corre para dar lugar al gemido de la materia, donde los cuerpos son lumbre. Hay una pulsión esencial: un aguijón, un latido de mujer. Ella ahuyenta sus fantasmas con pellizcos en la piel. Esgrime argumentos esbozando cantos en papel. Dibuja constelaciones donde las estrellas se obstinan por brillar, aun en medio de una noche oscura y desolada.
“Tengo un temblor / en las yemas / en la garganta / en las vértebras / así como un presagio /del fuego”. Rojo es reunión de carne estallada y voces que gritan el silencio. Es una flor que ya no puede ocultar las llamas entre sus pétalos. Un hielo que al derretirse deja un río de tantas palabras dichas y no dichas. ¿Puede lo intangible convertirse en un cuerpo sólido?
El libro de Pizarro nos muestra a una mujer que podría irse y “romper todo”, pero en su lugar vuelca sus fuerzas en la escritura de un poema: “lo que está por dentro de la sangre es / la penumbra del cuervo”, declama el yo lírico.
En los versos de Rojo nos enfrentamos a un impulso indetenible: el clamor de un océano cuando sus olas se chocan con las rocas y solo podemos escuchar ese estrépito que nos estremece. Los versos de Silvina son la caricia que raspa, percude. Un conjuro que no cesa de arder.
Rojo se presentó el 20 de febrero pasado en el Centro Cultural de la Cooperación, con puesta de Alfredo Martín. Actuaron Gonzalo Álvarez, Marcelo Bucossi, Marito Falcón, Silvia Kanter, Pepa Luna y Silvina Pizarro, con música de Fidel Araujo y audiovisuales de Ignacio Verguilla. Milly Vázquez
Rojo
Silvina Pizarro
82 páginas
Ed. El Bien del Sauce
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