Juegos de amor y de guerra – Actúan: Andrea Bonelli, Luciano Castro, Sebastián Holz, Santiago Magariños, Diego Vegezzi – Vestuario: Mini Zuccheri – Escenografía: Alejandro Mateo – Iluminación: Leandra Rodríguez – Autor: Gonzalo Demaría – Director: Oscar Barney Finn
Juegos de amor y de guerra, la interesante pieza teatral que trazaron en equipo Oscar Barney Finn, en la dirección, y Gonzalo Demaría como autor, nos traslada a la Argentina en sombríos tiempos de la Segunda Guerra Mundial, bajo el gobierno de Ramón S. Castillo. La narración nace a partir de un caso real que sacudió el ambiente tranquilo de una familia de clase alta, con detalles que muestran el contexto sociopolítico del momento y cómo estaba conformada la sociedad, antes de los cambios que llevaron al “golpe de los coroneles”.
El talentoso Demaría -autor de la disparatada Tarascones, entre otras- vuelve a mostrarnos un reflejo de la clase social alta en nuestro país, pero en una puesta esta vez cruda, con tintes de drama y musical. Aporta su talento a la propuesta un correcto equipo actoral, muy bien dirigido por Barney Finn, donde se destaca notablemente Sebastián Holz, tanto en su parte vocal, en los cuadros musicales, como actoralmente en los momentos de mayor tensión dramática. Andrea Bonelli, como una madre prejuiciosa, dura y sin límites, está impecable en su composición, aunque peca de gestos y fraseos que nos recuerdan a la ex presidente Cristina Fernández de Kirchner.
La escenografía, así como la iluminación y el vestuario, son bien sencillos, aunque muy estéticos y positivos, pues hay concordancia con el texto y las interpretaciones. Así, una historia dolorosa, verídica y cruel, se compensa con particulares cuadros musicales. Un final impredecible sorprenderá al espectador, y si bien lo dejará con un gusto amargo, será una invitación más a reflexionar sobre nuestro pasado. Cristian A. Domínguez
Se dio hasta fin 2017
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