Relojero – Actúan: Stella Galazzi, Laura Grandinetti, Osmar Nuñez, Horacio Roca, Federico Salles, Martín Urbaneja – Vestuario: Paula Molina – Escenografía: Rodrigo González Garillo – Iluminación: Marco Pastorino – Música: Gustavo García Mendy – Autor: Armando Discépolo – Adaptación y Dirección: Analía Fedra García
No debe confundirse a Armando Discépolo (1887-1971), director teatral y dramaturgo, creador del grotesco criollo y autor de varios clásicos del teatro argentino, con su hermano Enrique Santos Discépolo (1901-1951), músico, compositor, actor y cineasta, recordado fundamentalmente como el autor del tango Cambalache. Sin embargo, el tema de las hermandades tiene un rol fundamental en el caso de Relojero, y uno puede preguntarse hasta qué punto no están presentes sobre el escenario estampas del hogar de los hermanos Discépolo, hijos de un inmigrante italiano oriundo de Nápoles, director de orquesta, y de una argentina de origen genovés. Algo debió tener ese hogar para que sus dos hijos salieran tan brillantes.
Porque el texto de Relojero es verdaderamente brillante, repleto de verdades y de poesía. De una poesía oscura, corrosiva, pesimista, pero no por eso menos bella, ni tampoco menos sabia. Desde el vamos, la figura de un relojero resulta admirable como personaje y como metáfora: alguien que dedica su vida a trabajar con las horas, los minutos y los segundos que encierran esas ingeniosas maquinarias repletas de engranajes, resortes y agujas, debe tener necesariamente una relación muy particular con el transcurso del tiempo. ¿No resulta paradójico, por ejemplo, pretender que alguien pueda estar perdiendo las horas que pasa arreglando esos relojes?
También del paso del tiempo se trata. De la vida que transcurre, de la relación entre los padres y sus hijos, y de todo lo que sucede cuando se transita desde una generación a la siguiente. En el piso, y muy a pesar de que desde algunas filas de la platea no llegue a apreciarse este detalle, la escenografía incluye unos enormes engranajes que se mueven, marcando el avance inexorable. Curiosamente, Relojero fue la última obra teatral escrita por Armando Discépolo; estrenada en 1934, es como si después de aquello no hubiese tenido nada más para decir en el género.
Dirigida por Analía Fedra García, en la presente versión se destaca la magnífica actuación de Osmar Núñez como el relojero en cuestión, muy bien secundado por Horacio Roca como su hermano Bautista. Los tres hijos están bien encarnados por Laura Grandinetti, Martín Urbaneja y Federico Salles, así como la madre que interpreta Stella Galazzi. En su conjunto, la obra es ciertamente recomendable, y la riqueza del texto, pleno de sabiduría, amerita prestarle una mirada sumamente atenta, para poder capturarlo en su cabal dimensión. Sin duda se trata de uno de los títulos fundamentales dentro de la dramaturgia nacional. Germán A. Serain
Se dio hasta fin 2017
Teatro Regio
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(011) 4772-3350
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