EL REÑIDERO, gallos en pugna

Electrizante puesta en escena del clásico de Sergio De Cecco

El reñideroElenco: Yamila Gallione, Hermes Molaro, Rocío Moragues, Tamara Paganini, Omar Ponti, Juan Pablo Rebuffi, Javier Salas, Juan Carlos Uccello – Coro: Rocío Moragues Erica Ruiz, Enzo Dupré, Cristian Frenczel – Músicos: Sebastián Daneu, Luca Mariano, Javier Crespín Nafara – Iluminación: Stefany Briones – Autor: Sergio De Cecco – Director: Antonio Leiva

Entre febrero y agosto de 1905 nuestro país vivió una de los tantos cataclismos políticos que han signado nuestra agridulce historia. Una sublevación cívico-militar dirigida por el radical Hipólito Yrigoyen reclamaba al Partido Autonomista Nacional -fuerza política gobernante- elecciones libres y democráticas. Detenciones a granel, represión, clausuras y allanamientos en locales de sindicatos y de medios de prensa, y un atentado contra el presidente Manuel Quintana fueron los pormenores de este quiebre en la vida institucional del país, que también afectó profundamente al oficialismo.

Es en este contexto histórico que el dramaturgo argentino Sergio De Cecco (1931-1986) sitúa El reñidero, la obra teatral por la que será más conocido: El reñidero, escrita en 1961. De Cecco, que se inscribe dentro del movimiento de los “nuevos realistas”, la ambienta en el Palermo de los albores del siglo XX. La tragedia de la familia de Pancho Morales, el patriarca de una acomodada familia tradicional y con sólidas conexiones políticas, tiene lugar en lo que a la sazón constituía el virtual límite entre la ciudad y el campo. Esto nos remite a la condición casi borderline que sufren Elena y Orestes -hijos de Pancho- y Nélida, la esposa que no lo ama y mantiene amoríos con Soriano, la mano derecha de Morales. Históricamente y mirando en retrospectiva, la época sugiere el fin, o el comienzo del fin, de un tiempo donde todo tipo de cuestión, ya fuera de índole pública o privada, se solucionaba a punta de cuchillo. La era de los guapos parece extinguirse con la muerte de Pancho Morales.

En un entorno en el que las riñas de gallos son un microcosmos de lo que ocurre en esa realidad que huele a sangre, se desenvuelve el drama de un matrimonio donde el amor está ausente, donde los vínculos maritales y familiares se resuelven en términos de posesión y manipulación, y en términos de puja entre las ambiciones políticas de Pancho y las lealtades intrafamiliares. El padre de familia ignora todo escrúpulo y no duda en entregar a su hijo Orestes a la ley, con tal de salvaguardar su prestigio. El tema de los celos traspasa el ámbito conyugal, se instala en la relación padre-hija-madre y está prefigurado con la escena inicial del duelo entre Morales y Soriano por el amor de Nélida.  

El director Antonio Leiva trae este drama que retoma el mito de Electra y de Orestes (este es el único nombre de la antigüedad clásica griega que subsiste en la obra de De Cecco). El canto incesante de los gallos en la previa de la obra y las luces de tonalidad rojo chillón del escenario parecen aturdir ex profeso al público, que es subliminalmente preparado para el clima alienante de la obra y, sin solución de continuidad, al tema de la riña de gallos representada en la escena inicial aludida.

Una impactante Yamila Gallione le da cuerpo y voz a una Elena/Electra obsesionada por vengar a su padre Pancho Morales/Agamenón, planteado magníficamente por Omar Ponti como el paradigma del guapo, tanto en su actitud corporal como en el modo de hablar de alguien de esas características. Tamara Paganini maneja muy bien la ambigüedad de una Nélida/Clitemnestra infiel a su marido, infeliz en su matrimonio.

Nélida y Elena manipulan al pusilánime Orestes (acertado Javier Salas), que queda como jefe de familia y que, al igual que Hamlet, se sumerge en sus dudas y demora la venganza contra el seductor Soriano (Juan Pablo Rebuffi), el ladero de Pancho que, con canto y guitarra, seduce a Nélida casi como las sirenas sedujeron a Ulises. En El reñidero, Sergio de Cecco nos muestra una familia en la periferia de la civilización, en la periferia de su tiempo y en la periferia de la cordura, en esta brillante puesta de Antonio Leiva. Viviana Aubele

Sábados a las 21
Teatro Empire
Hipólito Irigoyen 1934 – Cap.
Entradas por Alternativa

Vota esta nota

¡Haz clic en una estrella para puntuarlo!

Promedio de puntuación / 5. Recuento de votos:

Hasta ahora, ¡no hay votos!. Sé el primero en puntuar este contenido.

Publicado en:

Un Comentario

Deja una respuesta