El amor es un bien – Actúan: Manuela Amosa, Jose Escobar, Diego Faturos, José María Marcos y Rosario Varela – Escenografía: Gonzalo Córdoba Estevez – Iluminación: Ricardo Sica – Dramaturgia y Dirección: Francisco Lumerman
En un modesto hostel de Carmen de Patagones, al sur de la provincia de Buenos Aires, se entrelazan conflictos provocados por la situación laboral y diversos puntos de vista para encarar la vida. El tío Iván y su sobrina Sonia, se preparan para un festival de música en la ciudad.
En ese contexto llegan de visita el padre de ella, enfermo y con algunas caprichosas intenciones sobre la propiedad, acompañado por su nueva novia, quien incomoda a su hija. Junto a ellos habita el único huésped, quien no tiene claro hasta cuando permanecerá allí, a la vez que se involucra con los personajes en situaciones comprometidas, poniendo en riesgo las posiciones de los demás.
Basada en El tío Vania, de Antón Chéjov, desde el inicio se percibe el aire con cierta densidad, manifiesta en el alto tono de voz de los personajes. Inseguridades y culpas determinan la fuerza interior de los personajes en una trama que sirve como disparador para que cada uno aborde su carga emocional.
La dramaturgia de Francisco Lumerman aporta un matiz propio en los textos sin abandonar la atmósfera chejoviana. Desde la dirección, el mismo autor ha manejado muy bien los silencios, dando paso a las diferentes maneras de expresar el amor en cada uno de los roles, yendo más allá de lo verbal.
Hay gran compromiso en la composición de los roles. Rosario Varela juega fuertemente su papel con el deseo de superarse, transmite las cuestiones pasadas y se involucra en el personaje con marcada pasión. José Escobar compone al tío que busca su rumbo, explorando y exteriorizando sentimientos y broncas que hace propias e impactan en la platea. Juntos manifiestan la carencia y la esperanza, avanzando en sus emprendimientos, ensayando o fabricando dulces caseros.
Los pocos elementos utilizados por Gonzalo Córdoba Estevez en el espacio escénico de la pequeña sala otorgan la justa funcionalidad para el devenir de las situaciones. El mobiliario de líneas rectas determina límites en el núcleo familiar que es torcido por momentos por el huésped y la novia del padre. Los colores claros en los lienzos que enmarcan los ambientes demuestran la vida interior y vulnerabilidad de los habitantes de la casa.
Acompaña a la puesta un vestuario con aspecto cotidiano que diferencia a los lugareños y los que vienen de la gran ciudad. Resaltan la prolija iluminación de Ricardo Sica y los ajustados climas musicales.
El espectador se va involucrando en la historia sin distraerse, cuestionándose y replanteándose, dejando escapar todo aquello que está reprimido, disfrutando sentimientos que llegan al corazón. Sergio Boaglio
Se dio hasta 2017
El Camarín de las Musas
Mario Bravo 960 – Cap.
(011) 4862-0655
elcamarindelasmusas.com/
A partir de 2016 el actor José María Marcos fué reemplazado por Jorge Fernández Román.
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