Amor canalla – Actúan: Guillermo Farisco, Marcela Fernández Señor y Lucrecia Rodriguez – Vestuario y Escenografía: Carlos Bustamante y Lucía Trebisacce – Iluminación: Alejandra Dziewguc y Norberto Gonzalo – Autor: Guillermo Farisco – Dirección: Norberto Gonzalo
El interesante texto escrito por Guillermo Farisco recorre diversos momentos de nuestra historia, desde el Mundial de Fútbol de 1978, la Guerra de las Malvinas y el retorno de la democracia. Aparecen detalles como la recaudación solidaria que hicieron por televisión Pinky y Cacho Fontana, junto a grabaciones originales con las voces de Leopoldo Fortunato Galtieri y Ricardo Alfonsín. En ese contexto de casi una década, una mujer psicótica tiene encerrado y engañado en su casa a un hombre militante de los derechos humanos, de quien se ha enamorado, al que le ha quitado todo elemento que lo pueda mantener informado, y lo convence de que la represión militar continúa con tal de que no salga jamás a la calle. Lo quiere y lo cuida como un objeto de su pertenencia, aun a sabiendas de que él está enamorado de otro hombre aparentemente desaparecido.
Quizás con algún viso de inverosimilitud, Amor canalla no deja de atrapar y el trío actoral la lleva a buen puerto con gran emotividad. El mismo autor recrea a la víctima engañada que se plantea reflexivos soliloquios. Marcela Fernández Señor corporiza estupendamente a la inescrupulosa que decide llevar a cabo su plan mintiendo también a su propia hermana. Su actuación es muy convincente y maneja como nadie los brotes de una mujer desolada, capaz de generar lástima detrás de una mentalidad torturada y torturadora. Sus miradas y gestos son de una elocuencia notable. La hermana es interpretada por Lucrecia Rodríguez, quien impone al personaje un magnífico sesgo de mujer fatal, coqueta y frívola, pero de fuerte carácter y capaz de manejar las cosas arbitrariamente, en aras de su bienestar.
El director Norberto Gonzalo ha marcado los tiempos justos para el desarrollo de la narración, extrayendo lo mejor de los actores con un muy buen resultado final. Sólo debería evitarse la muletilla “¿qué decís”, utilizada a modo de sorpresa, común a los tres, y que se cuela varias veces sin necesidad. Son destacables el vestuario –reflejo fiel de la época-, la escenografía –que incorpora hasta un típico sofá cama- y la sutil iluminación cuando demarca momentos individuales. Martin Wullich
Se dio hasta diciembre 2013
Teatro La Máscara
Piedras 736 – Cap.
(011) 4307-0566
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