SEGISMUNDO – VIDA O SUEÑO, disparatada mescolanza

La libertad del ser humano en confusa expresión

Segismundo – Vida o SueñoActúan: Marina Caracciolo, Guillermo Farisco y Andrés Fraire – Vestuario y Escenografía: Patricia Blanco – Autor y Director: Guillermo Farisco

Una voz resuena en la oscuridad de la sala mencionando dos artículos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Ese es el preámbulo a la aparición de un loco no tan loco internado en un extraño hospicio donde un psiquiatra con ideas de la Inquisición realiza extraños experimentos para crear una droga, asistido por una enfermera pusilánime que ha sido su amante y a la que rescató de un correccional. Minutos más tarde se ubica lo que sucede en tiempos del gobierno del General Juan Carlos Onganía, con quien el médico tiene aceitadas relaciones. Entonces aparecen pasajes de La vida es sueño, de Calderón de la Barca, en boca del enfermo, que por momentos le habla a Segismundo, o se habla a si mismo y recita los versos del protagonista, creyendo formar parte de su mundo. El psiquiatra lo viola cuando está dopado, y la enfermera trata de escapar de la tutela del profesional mientras desentona canciones de Rita Pavone o Edith Piaf.

Andrés Fraire realiza un excelente trabajo de composición, con elocuentes miradas perdidas y silentes momentos, que contrastan con la energía desplegada en sus intempestivas reacciones, recorriendo el espacio escénico, saltando desde la cama, escapando del médico o hablando con su alter ego, en completa sustanciación con el personaje. Marina Caracciolo compone dignamente a la enfermera, brillando con naturalidad en los momentos dramáticos, aunque se desdibuja en los pasos de comedia, como en la insólita fiesta que nada aporta. Guillermo Farisco está lejos del profesional al que debería representar, con tono monocorde y abúlico atildamiento, obviando  detalles como tomar correctamente el pulso, sin transmitir sus perversiones, sin marcar su maquiavélica personalidad.

El texto, escrito por el mismo Farisco, oscila entre la tragedia y la comedia, el grand guignol y el humor negro, sin profundizar ni definir caminos que varían inconsistentemente. Para la tragedia falta drama, para la comedia falta humor, para el grand guignol falta sangre. En un momento crítico suena la música del digno loquero que reseñó Milos Forman para Atrapado sin salida, en inútil referencia. Hay momentos de iluminación y estética muy bien logrados en la puesta en escena, pero el esquema general distrae y la idea se diluye. Martin Wullich

SEGISMUNDO, VIDA O SUEu00d1O (teatro) - martinwullich.com

Se dio hasta fin de 2011
Teatro La ratonera cultural
Av. Corrientes 5552 – Cap.
(011) 4857-2193

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