TRÓPICO DEL PLATA, maltratos en disfraz

Alta toxicidad encubierta de relaciones en unipersonal de Laura Névole

Trópico del PlataActúa: Laura Névole – Vestuario: Jam Monti – Iluminación: Alejandro Le Roux – Música: Matías Niebur – Dramaturgia y dirección: Rubén Sabbadini

Aimé era negra como el cacao, y era feliz así. Pero un día conoció a Guzmán, y ese encuentro cambió su historia. Aimé lo quiere a Guzmán, y a todo le dice que sí. Cada tanto, Guzmán la “peina”, le trae “invitados” para que los atienda en un “baile de enmascarados”. Desde una tarima que será todo el espacio donde se desplazará, Laura Névole se disfraza de Aimé, que a su vez es disfrazada por el tal Guzmán, también disfrazado como sus “invitados”.

Esa isla en el escenario traerá a la palestra una multiplicidad de cuestiones: el dejar de ser quien una es; el mimetizarse con el otro en aras de un falso amo, claramente no correspondido; el aceptar todo tipo de ultraje, sea moral, físico, o psicológico, sea leve o no; la imposibilidad de emerger indemne del pozo en que muchas se hunden, igual que Aimé, aspecto magistralmente logrado por la escenografía. Trópico del Plata transcurre en medio de cuatro paredes que no acusan ninguna puerta de escape, y gracias a la destreza en el manejo argumental, prácticamente termina del mismo modo en que empieza, en un círculo cerrado. Esto es en cierto modo la idea de la palabra “trópico”, de origen griego y que da la idea de “vuelta”.

Aimé es el prototipo de las chicas de provincia, nacidas en la pobreza o, en el mejor de los casos, en hogares modestos con menos posibilidades que el resto, que desean salir del mundo chato y de frustración al que parecen estar condenadas. Ella es todas las muchachas cuya piel se acostumbra a desarrollar, dolor mediante, un disfraz, una perturbadora cubierta, una costra para sobrevivir.

En su decir a todo que sí, Aimé entra paradójicamente en un círculo de negación, en una encerrona en la que cae toda mujer que sufre algún nivel de maltrato, en casos extremos, o de destrato, en el caso de relaciones tóxicas no necesariamente violentas. “Amor es decir que sí a todo” le espeta Guzmán. ¿Será así? Y en un revelador quiebre, Aimé se permite dudar, aunque la forma de hablar de Guzmán se le terminó “incrustando” en su propia forma de hablar, como el disfraz, que terminó volviéndose piel.

Rubén Sabbadini es la pluma detrás de este unipersonal donde Névole impecablemente desdobla su voz para hacer ambos personajes. Trópico del Plata es una inquietante vuelta en un círculo sin salida aparente, un perturbador cuadro donde está aquel que no es quien se supone que es, y hay también quien no es lo que el otro supone que en realidad es. Viviana Aubele

Tru00f3pico del Plata (teatro), de Rubu00e9n Sabbadini

Se dio hasta el 12 de febrero 2021
Nün Teatro Bar
Juan Ramírez de Velasco 419 – Cap.
Reservas: alternativateatral.com

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